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Aunque aún no se conocen las causas del accidente en el que murieron el astro de la NBA Kobe Bryant y otras ocho personas, las autoridades de la aviación de Estados Unidos informaron que la empresa dueña del helicóptero siniestrado no tenía licencia para volar en condiciones de neblina.
Según una información de BBC, la nave era propiedad de la firma Island Express Helicopters, la cual está restringida a operar bajo lo que se conoce como reglas de vuelo visual, o sea, durante el día y cuando el piloto pueda ver el cielo despejado durante el trayecto.
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El aparato, un Sikorsky S-76B, chocó el pasado domingo contra la ladera de una montaña cerca de la ciudad de Calabasas, en Los Ángeles, California. Esa mañana el cielo estaba nublado y por ello la policía local había decidido mantener en tierra sus helicópteros.
El piloto de Bryant, Ara Zobayan, tenía 50 años y poseía un certificado federal que lo habilitaba para volar el helicóptero empleando solo los instrumentos en la cabina.
Sin embargo, los expertos creen que seguramente tendría poca experiencia haciéndolo, debido a la restricción para operar así que tenía la empresa.
Keith Holloway, portavoz de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte del gobierno, dijo a la agencia Reuters que no se ha descifrado si Zobayan estaba volando con instrumentos cuando se produjo el choque.
El pasado miércoles la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) divulgó un video tomado por un dron que muestra el escenario donde se estrelló el helicóptero, y que permitían observar el casco del aparato destrozado y una extensa área de escombros.
El seguimiento que se hizo por radar y por grabaciones a la comunicación de los controladores de tráfico con el piloto Zobayan revelaron que este pidió permiso para volar bajo reglas especiales de vuelo visual, para lo cual tenía licencia. Dio vueltas durante unos 12 minutos y tras obtener la aprobación, salió a 1.400 pies, según informó Jennifer Homendy, miembro de la NTSB.
Después, pidió a los controladores la asistencia de seguimiento de vuelo que se da a los helicópteros para evitar choques, pero la respuesta fue estaba volando muy bajo y no era captada por los radares.
Unos minutos después, Zobayan notificó que estaba subiendo para evitar una capa de nubes. Los datos del radar muestran que efectivamente el helicóptero ascendió y llegó a 2.300 pies.
De acuerdo a lo narrado por Homendy, a partir de ahí comenzó a descender a una velocidad de más de 2.000 pies por minuto.
“Sabemos que este fue un choque de impacto de alta energía. Este es un descenso bastante empinado a alta velocidad. Por lo tanto, no sería una velocidad de aterrizaje normal”, precisó.
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