Cuba: Cuando el dinero no huele ni duele

El dinero del exilio como argumento político


Este artículo es de hace 4 años

Una de las supersticiones preferidas del castrismo consiste en agitar el fantasma del dinero del exilio como financiador de actividades opositoras en Cuba.

De tanto repetirlo, jefes, burócratas y lelos han acabado por asumir una posverdad que, lejos de legitimar el monólogo totalitario, contribuye a su desprestigio creciente, especialmente entre el pueblo cubano; empobrecido, pero no tonto y que -desde hace muchos años- sabe que el coco no se ha quedado seco gracias a la generosidad del exilio en remesas y recargas, con cifras multimillonarias.


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Intentar criminalizar el dinero de la emigración resulta contradictorio con la fuerte dependencia que padece la economía cubana de los millones de dólares que mandan los emigrados anualmente y evidencia otro ejercicio de la poca memoria de Cuba, como nación, desde los años 20 del siglo pasado.

El penúltimo intento del aparataje castrista intenta vincular la profanación de bustos de José Martí con sangre de cerdos, realizada por un grupo que se autodenomina "Clandestinos", con Ana Olema, que habría enviado mil dólares a uno de los detenidos en La Habana y que apareció en la televisión estatal mencionando a la activista como inspiradora y financiadora de las acciones contra los monumentos al Apóstol.

¿Ha olvidado ya el castrismo las fuentes de financiación del Movimiento 26 de julio y la insurrección armada en la Sierra Maestra? Es fácil refrescar la memoria: Exilio cubano, que fue una labor meritoria de Juan Manuel Márquez y sus compañeros; la burguesía cubana que creyó se salvaría quitando al mulato para sustituirlo por el rubito de Birán; Carlos Prío Socarrás, que aportó 50 mil dólares norteamericanos de la época.

El M-26-7 y la insurrección no se financiaron con la venta de bonos y la ayuda de los campesinos de la Sierra Maestra y de la estructura de la resistencia clandestina urbana; sino con cuantiosos aportes del exilio, siempre generoso, de la patriótica y antibatistiana oligarquía y del ex presidente auténtico.

Luego, en todas las operaciones realizadas por el aparato de subversión dirigido desde "Liberación" y su prolongación en el Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, hubo siempre fórmulas de financiación con porcentajes de recaudación para las arcas revolucionarias.

Sería útil y saludable que los jerarcas de la manipulación informativa castrista, piensen antes de reiterarse en sus consignas huecas porque el resto de los cubanos no son tontos y existe abundante memoria de sus tejemanejes operativos; y menos ahora, cuando la emigración es vital para la destrozada economía cubana.

Ya sabíamos que pretenden ser continuidad; pero aquí estamos ante otro episodio de cuando el dinero no huele ni duele; salvo que alguien intente hacernos creer que los dineros subversivos se envían por Wester Union con nombre y apellidos y carnés de identidad de remitente y destinatario.

Torpe clandestinaje ese; que deslegitima al aparato de propaganda castrista, que sigue empeñado en relanzar imágenes caducas en esa ficción en la que vive instalado desde que siente miedo de perder el poder.

Nadie se va a morir, menos ahora; cuando la patria es remesa, recargas y ruido mentiroso.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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