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El gobierno chileno está investigando posibles injerencias extranjeras en el país, destacarn varios medios locales este miércoles.
Según Teodoro Ribera, ministro de Relaciones Exteriores, después del 18 de octubre hubo “una cuota importante de uso de internet proveniente de un país de Europa oriental hacia Chile”.
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“Hay un tráfico desmedido de internet, hay creación de perfiles falsos. No es ninguna novedad, que hoy existen riesgos internacionales para los países y las democracias”. añadió.
Asimismo, señaló que el mundo estaba amenazado por narcotráfico, terrorismo y movimientos anárquicos, a los que se debían enfrentar multilateralmente.
Los señalamientos del ministro de Relaciones Exteriores de Chile llegan poco después de un discurso del secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, en que culpaba a los regímenes de Cuba y Venezuela de intentar aprovecharse de las recientes confrontaciones en América Latina, como las que pusieron fin al mandato de Evo Morales en Bolivia.
“Sabemos que Cuba y Venezuela han tratado de secuestrar las protestas legítimas en países de la región para sus propios fines ideológicos, algo que esas naciones no han tolerado”, dijo en la Universidad de Louisville, en Kentucky.
Pompeo declaró que, tanto La Habana como Caracas, incentivaban agitaciones en la región. Asimismo,dijo que Maduro se negaba “a honrar el deseo democrático del pueblo venezolano y su presidente interino legítimo, Juan Guaidó”.
Chile vivió durante más de 6 semanas un periodo de intensas protestas sociales, por las que el gobierno anunció al cabo un plan de recuperación económica que asciende a 5.500 millones de dólares.
El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, convocó a la coalición de derechas y a los opositores a "ceder un poco" cada parte para reformar por consenso la Carta Magna. Sin embargo, otros representantes del gobierno no descartan la influencia de un país extranjero en los conflictos.
Entretanto se analiza la posibilidad de formalizar una acusación constitucional contra el presidente, Sebastián Piñera, por las violaciones a los derechos humanos que se les atribuyen a fuerzas de la policía militarizada (Carabineros). El propio Piñera reconoció que se habían cometio abusos en el control de las protestas.
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