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CARACAS, 16 nov (Reuters) - La oposición venezolana salió a las calles el sábado en un intento por revivir la movilización para presionar la salida del poder de Nicolás Maduro, en medio de la crisis económica y sucesivas sanciones de Estados Unidos que asedian a la nación petrolera.
"Bolivia estuvo 18 días, nosotros hemos estado años (…) pues es el momento de insistir, es el momento de seguir, entonces hoy a toda Venezuela le pido mantenernos, seguir. Hay una agenda de protesta", dijo Juan Guaidó durante una concentración opositora en Caracas.
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Guaidó inició una nueva campaña opositora antigubernamental en enero, cuando invocó la Constitución para asumir una presidencia interina al alegar que la reelección de Maduro en 2018 fue fraudulenta.
Sin embargo, con el paso de los meses el interés de la población pareció disminuir y la frustración aumentó ante la permanencia en el cargo de Maduro, quien retiene el control del aparato estatal, mientras la crisis económica ha obligado al menos a unos 4,6 millones de venezolanos a migrar del país, según datos de Naciones Unidas.
Guaidó ha sido reconocido por decenas de países occidentales como el líder legítimo de la nación miembro de la OPEP.
En otra parte del discurso invitó a sus seguidores a continuar la marcha el sábado hasta la sede de la embajada de Bolivia en la capital y pidió a unirse a una jornada de protesta que inicia el lunes contra el gobierno y también en apoyo a trabajadores públicos y estudiantes.
En las principales ciudades del centro, occidente y sur del país, los manifestantes opositores se concentraron en calles y avenidas, en su mayoría vestidos de blanco.
Hombres armados, ataviados de negro y con máscaras, irrumpieron de manera violenta el viernes en la sede del partido de Guaidó, Voluntad Popular, en un incidente calificado por líderes de la oposición como un plan de intimidación del gobierno.
Sectores de la oposición han visto en la renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia una nueva motivación. El líder indígena, un aliado de Maduro, fue acusado de manipular los resultados de las elecciones generales del 20 de octubre y tres semanas después dejó el poder tras violentas protestas y presiones de jefes militares.
MARCHA DE BLANCO Y CONTRAMARCHA DE ROJO
En Venezuela, un cambio de gobierno seguiría dependiendo de las Fuerzas Armadas, que son leales a Maduro.
"Los altos militares son los que están bien, pero el pueblo es el que está pasando necesidades", dijo a Reuters Rosabal Navarro, una jubilada de 60 años en una manifestación en San Cristóbal, en el fronterizo estado Táchira, al occidente del país.
Entretanto, seguidores del oficialismo iniciaron una marcha ataviados de rojo y con llamados de apoyo al mandatario hasta el palacio de gobierno en Caracas.
"Esta es una revolución pacífica, pero armada. Nosotros no somos como los bolivianos, que ni una flecha armada tienen, ni siquiera envenenada en la punta", dijo Aída Romero, una trabajadora de un programa social del gobierno.
Venezuela ha estado sumida por años en hiperinflación y colapso económico, que ha generado el éxodo de millones de personas en un intento por acceder a alimentos y medicamentos.
(Reporte de Brian Ellsworth y Deisy Buitrago, reporte adicional de Vivian Sequera y Shaylim Valderrama en Caracas, Anggy Polanco en San Cristóbal, María de Los Angeles Ramírez en Ciudad Bolívar, Tibisay Romero en Valencia, Mariela Nava en Maracaibo. Editado por Vivian Sequera y Marion Giraldo)
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