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Bacardí se ha comprometido a donar un millón de dólares para contribuir a la recuperación de las Bahamas, que han sufrido con dureza los embates del devastador huracán Dorian.
La compañía familiar anunció el viernes que colaborará con el gobierno de la isla para garantizar que su donación "en efectivo" sirva para brindar "asistencia inmediata" y ayude a largo plazo a las agencias de cooperación locales.
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"No hemos olvidado la increíble amabilidad de la gente de Bahamas y el papel importante que jugaron en la historia de nuestra compañía", explicó Facundo L. Bacardi, director de la compañía familiar Bacardi Limited, en el comunicado.
"Esperamos que nuestra pequeña contribución ayude a reconstruir este gran país frente a esta tragedia, así como las Bahamas ayudó en la reconstrucción de Bacardí hace 60 años", añadió.
La empresa recordó que se mudó a las Bahamas a principios de la década de 1960 después de que el "gobierno revolucionario cubano" confiscó sus activos.
Actualmente Bacardí no cuenta con instalaciones en este país, pero muchos miembros de la familia tiene sus raíces en esta isla.
"La catastrófica destrucción causada por el paso del huracán Dorian golpea de cerca a Bacardí. Puerto Rico, que recibió el impacto trágico del huracán María en 2017, es donde se encuentra la destilería de ron de Bacardí, la más grande del mundo. La compañía ha estado profundamente involucrada en la comunidad y en su recuperación durante los últimos dos años", explicaron.
En las últimas horas, Royal Caribbean también anunció que estaba movilizando a su flota de embarcaciones para ayudar en la recuperación de Bahamas.
La compañía naviera explicó que se estaba preparando el envío de un barco lleno de alimentos y agua para ayudar a los damnificados por el ciclón.
Agencias de ayuda han estimado que decenas de miles de los 400.000 habitantes del país necesitarían alimentos y otro tipo de apoyo.
La cifra oficial de muertos que ha dejado el huracán Dorian en las Bahamas ascendió este jueves a 30 y cientos de personas siguen desaparecidas. El ministro de Salud, Duane Sands, alertó que el número (de fallecidos) "será asombroso".
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