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El mitin de Donald Trump en Greenville, Carolina del Norte, volvió a poner en el foco mediático la polémica racista contra cuatro congresistas demócratas de ascendencia extranjera.
El mandatario dedicó 20 minutos de su discurso a criticar a las legisladores, especialmente a la musulmana Ilhan Omar. "Obviamente y de forma importante, Omar tiene una larga historia en el lanzamiento de viciosas y antisemitas diatribas", aseguró.
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En ese momento la multitud comenzó a corear "¡envíala de vuelta, envíala de vuelta!" La reacción del presidente de Estados Unidos fue permanecer en silencio mientras oía los cánticos.
Esta escena recordó a la que se vivió durante la campaña presidencial de 2016, cuando los seguidores de Trump corearon "encarcélenla, encarcélenla, encarcélenla" en referencia a Hillary Clinton.
El pasado fin de semana el dirigente publicó unos tweets en los que les dijo a legisladoras demócratas que regresaran a sus países de origen "infestados de delitos".
"Es muy interesante ver a las congresistas demócratas 'progresistas', que originalmente vinieron de países cuyos gobiernos son una catástrofe total y completa ... y le dicen agresivamente a la gente de Estados Unidos ... cómo se debe dirigir nuestro gobierno", dijo en una serie de tres comentarios en la citada red social.
Si bien no mencionó nombres, parecía referirse a las representantes Alexandria Ocasio-Cortez de Nueva York, Ilhan Omar de Minnesota, Ayanna Pressley de Massachusetts y Rashida Tlaib de Michigan.
Tras ello, el martes el presidente rechazó que fuera racista. "Aquellos tweets no fueron racistas. ¡No tengo un hueso racista en mi cuerpo!", escribió en Twitter.
La Cámara de Representantes, por su parte, aprobó una resolución que condena los mensajes considerados racistas de Trump contra las legisladoras. Una medida simbólica que fue promovida por la demócrata Nancy Pelosi.
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