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Con la llegada del verano la playa se convierte en una opción para muchos. El bañador, crema protectora, sombreros, gafas de sol y otras indumentarias se vuelven nuestros mejores aliados para pasar un rato sobre la arena o bañándose en el agua.
Desde hace varias semanas los medios de prensa se han hecho eco de un suceso que despierta alarmas entre quienes visitan estos sitios. La presencia de la bacteria “come carne” ha provocado la muerte de algunas personas en Estados Unidos, donde se han reportado desde el 2010 entre 700 y 1200 casos cada año.
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Uno de los más recientes fue el de Leann Rose quien publicó en su cuenta de Facebook lo que le sucedió mientras se bañaba en la playa de Manasota. “Me diagnosticaron las bacterias que comen carne” escribió, a la vez que mostraba la herida por la cual comenzó la infección.
Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) explican que se trata de una infección bacteriana rara que se propaga por el cuerpo rápidamente y puede causar la muerte.
“Para detenerla es importante hacer un diagnóstico preciso, dar tratamiento con antibióticos y operar con prontitud. Vea a un médico de inmediato si tiene fiebre, mareos o náuseas al poco tiempo de haber tenido una lesión o una operación”, indican.
Su nombre científico es Vibrio vulnificus y el patógeno prospera en aguas marinas cálidas, provocando infecciones en el ser humano.
Generalmente acceden a nuestro cuerpo por pequeñas lesiones a las que no damos importancia una vez que entramos en contacto con el agua. Aunque los especialistas también advierten que se puede contraer con lesiones que no abran la piel, como contusiones o magulladuras.
Los síntomas que se presentan, la mayoría de las veces, son leves. Un área enrojecida o inflamada en la piel que se extiende rápidamente, dolor intenso, incluso fuera del área enrojecida o inflamada de la piel y fiebre.
Si se presenta alguna deficiencia inmunológica puede provocar una sepsis, infección grave y potencialmente mortal que empeora de forma muy rápida.
Cuando la fascitis necrosante está más avanzada, pueden aparecer úlceras, ampollas o manchas negras en la piel, cambios de color en la piel, pus o secreciones que salen del área infectada, mareos, fatiga, diarrea o náuseas.
Los médicos insisten en no demorar la visita al médico ante la mínima sospecha, porque la fascitis necrosante puede provocar sepsis, shock e insuficiencia orgánica.
Incluso bajo tratamiento está demostrado que hasta 1 de cada 3 personas con la bacteria en el organismo puede fallecer por la infección.
Para disminuir los riesgos, se recomienda extremar la precaución. Lavar con agua y jabón cualquier herida y acudir a emergencias si hay algún padecimiento son los primeros pasos.
No se trata de evitar las playas y mucho menos de tenerle pánico a ese sitio que muchos visitan en estos calurosos meses. Hay que ser conscientes de que hay un peligro al acecho y por tanto se deben extremar las medidas para evitar que entre al cuerpo un enemigo invisible a la vista humana, pero mortal.
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