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Solo quienes nacieron en un pueblo de tradición parrandera pueden tener la idea exacta de cuánto duele que se malogre una parranda. Entre quienes sostienen esa centenaria tradición en la región central de Cuba, no hay disgusto mayor que esperar todo un año para que a la hora cero la fiesta “se agüe” por cualquier motivo.
Así, frustrados y molestos, se encuentran ahora mismo los pobladores de Falcón, localidad perteneciente al municipio villaclareño de Placetas, luego de desarrollar este último fin de semana una menguada parranda, que en modo alguno le hace honor a la condición de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, concedido por la UNESCO a esta tipología festiva que acogen 18 localidades cubanas.
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El disgusto no es exclusivo de los barrios Sagua y Jagüeyes pues, aunque las parrandas fueran en Falcón, al igual que sus similares de Remedios, Vueltas o Camajuaní, atraen a cientos de personas de diferentes partes del país. De pobladores y visitantes es el júbilo cuando todo sale a pedir de boca, y de ellos también es el disgusto cuando el principal festejo de ese pueblo queda deslucido.
“Cada vez le ponen menos recursos y dinero a la parranda de Falcón”, comentaba en su barrio Gerardo, quien, a pesar de vivir hoy en Santa Clara, asiste siempre al principal festejo de su pueblo natal. “Si se mantiene la parranda en Falcón es por algunos cabeciduros que todavía se empeñan en echarla pa´lante pasando trabajo y tragando buches amargos, porque al Gobierno de Placetas no le importa en lo absoluto, esa es la verdad”, aseguró.
Tanto él como otros que recorrieron los 20 kilómetros que separan a Falcón de Santa Clara para disfrutar de la parranda, dan cuenta de los percances que se sufrieron con las carrozas de ambos barrios. Situaciones que pudieron ser fatales.
“Una carroza no se pudo terminar, y la otra se partió por la mitad al día siguiente de la parranda. Si hubiera sido por la noche ya con la gente arriba y la calle llena, algunos no habrían hecho el cuento”, aseguraba el hombre de unos sesenta años aproximadamente.
A las quejas y cuestionamientos populares se sumó más recientemente la emisora santaclareña CMHW, para echar por tierra toda sospecha de exageraciones. Dayron Pérez Urbano, uno de los periodistas de la estación radial confirmó las versiones de los asistentes y denunció vía radial lo acontecido en Falcón.
“La carroza del barrio Jagueyes no la pudieron terminar de montar al traquear la pieza superior y la del barrio Sagua que quedó con una ligera inclinación, y finalmente el domingo 30 de Junio se fue al piso con un viento fuerte”, comentó el comunicador desde un post en Facebook.
Varias personas coinciden al afirmar que con el objetivo de abaratar los costos de producción de los trabajos de plaza y las carrozas, estos se reciclan y entonces las piezas terminan deteriorándose, a tal grado, que llega un momento en que se desploman, como sucedió esta vez en Falcón.
Según explicó el periodista, galardonado hace poco con el Premio de Periodismo 26 de julio, por un radiodocumental dedicado precisamente a las fiestas parranderas, se trata de un acto de irreverencia a esas festividades de reconocimiento internacional.
“Me dieron testimonio varias fuentes, y así mismo está en las redes. Hay que llamarse a la cordura y a la parranda hay que respetarla. Porque un hecho lamentable como el acontecido antes del inicio de la parranda cuando se quebró la estructura, si hubiese tenido lugar en medio del festejo habría sido lamentable. Además, habría traído consecuencias terribles para las parrandas de pueblos cercanos, pues redundaría en mayores controles y prohibiciones, como ha ocurrido anteriormente tras los accidentes relacionados con fuegos artificiales”, reflexionó el reportero ante los micrófonos, a la vez que convidó a visitar su Facebook para que los oyentes apreciaran las fotos del incidente.
“Era la tercera ocasión que salían ambas carrozas. Estos trabajos todos saben que se hacen con madera verde que al secarse se van de escuadra y de medida, además de los daños que sufren en los traslados de pueblo en pueblo, entonces hay grandes posibilidades que ocurran estos hechos que son prevenibles y que atentan contra todos los demás pueblos que hacen Parrandas en caso de una desgracia”, escribió Pérez Urbano en Facebook.
Varios usuarios de la red social se hicieron eco del suceso, y vertieron sus opiniones sobre lo que consideran un atentado a la tradición festiva más genuina del centro de la isla.
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