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La Habana, 31 may.- El escritor y periodista Hugo Luis Sánchez solicitó hoy a las autoridades de salud en Cuba respaldar la aprobación de una ley dirigida a prohibir toda publicidad que incentive el consumo de cigarros y bebidas alcohólicas, un fenómeno creciente entre los jóvenes.
“La propuesta que le hago, de la que estoy más que convencido, será aplaudida por nuestra ciudadanía y, (…) sin lugar a dudas, tendrá una favorable repercusión internacional”, indica la carta abierta al ministro de Salud Pública, José Ángel Portal, y a la cual tuvo acceso la redacción IPS Cuba.
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Fechada el 31 de mayo, la misiva se hace pública en el Día Mundial sin Tabaco, instituido por la Organización Mundial de la Salud.
Según Sánchez (La Habana, 1948), su preocupación partió de ver a adolescentes y jóvenes de secundaria básica (12-15 años), “reunirse a fumar en la entrada de sus colegios”, lo que en su opinión “es una puerta de entrada para otras adicciones”.
Tal panorama no debe ser insignificante, analiza, teniendo en cuenta las reiteradas alertas de las autoridades, lo cual “representa la punta del iceberg de un muy grave problema atenuable e, incluso, evitable: la drogadicción”.
“Constituye un absurdo que los medios transmitan spots, también de una muy marcada calidad e impacto (…) señalando el daño que ocasionan las adicciones, mientras hay anuncios llamativos por todas partes, en medios de transporte, sombrillas… en los lugares en que se expenden…emponzoñando el ambiente”, contrasta Sánchez.
El intelectual se refiere a una contradicción mantenida durante años por el Estado cubano, algo también señalado por no pocos especialistas y voces ciudadanas.
Fumar en sitios públicos conspira contra la salud de las personas que no tienen ese hábito e incentiva al segmento más joven de la población a consumir esa droga.
Por un lado, las autoridades brindan a la población los servicios de salud de forma gratuita, incluso contra la epidemia del tabaquismo y el alcoholismo, cuyos costos corren por las arcas públicas exhaustas por la crisis económica desde 1991.
Pero al mismo tiempo, proyectan una expansión de la industria tabacalera y ronera, también bajo control estatal, considerados rubros estratégicos de exportación.
En el caso del tabaco, se trata además de un problema calificado de sensible porque muchas familias dependen del cultivo y procesamiento de la hoja.
Datos oficiales indican que en 2017, Cuba exportó 105 millones de puros de marcas de renombre internacional, los cuales alcanzaron un récord de ventas de 500 millones de dólares.
Argumenta Sánchez que sus preocupaciones intentó verterlas en espacios de la televisión nacional, “y jamás se han dignado siquiera a contestarme ni con un triste acuse de recibo, es decir, la callada por respuesta”.
Recuerda que el país cuenta con normativas que restringen la venta y consumo de dichos estupefacientes en lugares públicos, mientras pone como ejemplo la legislación al respecto adoptada por Panamá, considerada una de las naciones con menos fumadores del planeta, según informes internacionales.
El periodista y escritor explica que dirige su carta al titular de Salud Pública, “por ser quien mejor se halla informado y maneja las estadísticas más actualizadas sobre los daños que ocasionan estas adicciones”.
Además, porque desde su puesto en el Consejo de Ministros, Portal cuenta con acceso directo a la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento unicameral), máximo órgano de poder del Estado y con facultades legislativas.
“Si el proyecto de ley no avanza, entonces estaré seguro de que han pesado más los intereses de los productores de tabaco y ron, de evitar con su negativa que merme la imagen del primer productor puros tipo Premium del mundo (y) de uno los mejores rones del planeta”, advierte Sánchez.
Cuba prohíbe fumar en espacios públicos cerrados, medios masivos de transporte, instituciones educativas, de salud y deportivas, desde que en 2005 entró en vigor el Acuerdo 5.570 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.
También veda la venta de bebidas alcohólicas, así como de cigarrillos y tabacos en establecimientos estatales a menores de 18 años y establece que en dichos lugares deben estar señalizadas las áreas de fumadores y no fumadores.
Sin embargo, voces ciudadanas se quejan en los medios de comunicación y espacios virtuales sobre la laxitud de las autoridades para aplicar las multas correspondientes ante los infractores de estas medidas.
Al respecto confirman que en este país caribeño de 11,2 millones de habitantes, resulta cada vez más frecuente observar a personas, fundamentalmente adolescentes y jóvenes, fumar e ingerir bebidas alcohólicas en medios de transporte públicos y otros espacios no aptos para ello.
Datos de la Organización Mundial de la Salud ubican a Cuba en el tercer puesto entre las naciones de América Latina con tasas elevadas en la prevalencia del tabaquismo (35,2 por ciento), solo precedida por Bolivia y Chile.
Elba Lorenzo Vázquez, jefa del Programa Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo, alertó en 2017 que el 24 por ciento de los cubanos y cubanas mayores de 15 años fuma, y el 15 por ciento de las muertes anuales en el país son atribuibles a esta enfermedad adictiva crónica.
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