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El presidente del canal televisivo venezolano Globovisión depositó entre 2011 y 2013 al menos 5.600 millones de dólares en bancos suizos, dinero robado de las arcas públicas de Venezuela, informó El Confidencial.
Raúl Gorrín Belisario y su socio Gustavo Perdomo son los testaferros de Nicolás Maduro y su mujer, Cilia Flores, desde 2014, según la exfiscal general Luisa Ortega, quien agosto pasado fue destituida en por el Tribunal Supremo y la Asamblea Nacional Constituyente, y hoy está exiliada en Colombia.
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Ella investigó casos de corrupción y malversación de capital público de empresarios y altos funcionarios de los gobiernos de Chávez y Maduro, indagaciones que se sobreseían al llegar a los tribunales.
“Fui yo misma quien remitió a Estados Unidos en 2016 las pruebas de tres casos de corrupción cometidos por Gorrín, porque sabía que iba a ser absuelto en Venezuela”, reveló.
Gorrín y su socio Gustavo Perdomo diseñaron tramas de robo y pago de sobornos multimillonarios a altos empleados públicos, y hoy son los últimos beneficiarios de 10 cuentas en dos bancos suizos, donde se recibieron cientos de transferencias millonarias.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos calcula que desde 2008 hasta ahora se han malversado miles de millones de dólares provenientes de fondos públicos del país.
Según fuentes de inteligencia, el imputado usó varias sociedades pantalla registradas en paraísos fiscales y tiene cuentas bancarias en países donde existe el secreto bancario. En Suiza, por ejemplo, las cuentas están a nombre de cuatro sociedades creadas en 2009 en Panamá.
Además, él y su cómplice triangularon ingresos con otros 20 bancos situados en 13 países, como España, Canadá, Bahamas, Emiratos Árabes Unidos o Singapur.
Gorrín tiene varias causas abiertas en Estados Unidos. En 2018, un tribunal de ese país dictaminó el embargo de 17 inmuebles de lujo en Coral Gables y siete en Nueva York, propiedades del imputado.
Se le acusó de blanquear 160 millones de dólares en ese territorio, gracias a sobornos a altos funcionarios de la Oficina de la Tesorería Nacional de Venezuela, y el desfalco de otros 1.000 millones de dólares.
En enero de 2019, El Departamento del Tesoro lo sancionó, junto con familiares y colaboradores cercanos, en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).
Su objetivo ahora es huir de Venezuela, que sufre una grave crisis política y socioeconómica. Ha intentado vender Globovisión en unos 100 millones de dólares, canal que él y sus socios adquirieron por 90 millones. Pero Maduro lo mantiene vigilado e incluso le pusieron una pulsera electrónica para saber todos sus movimientos.
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