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Luego de varios meses en fase experimental ya se han cosechado los primeros hongos cultivados en la UBPC La Herradura, del municipio villaclareño de Manicaragua, luego de la orientación cursada por el partido de la provincia a Modesto Robaina Pérez, administrador de la mencionada cooperativa, y quien desde entonces se ha convertido en el principal impulsor de esta iniciativa tan peculiar.
Según explicó el campesino desde un reportaje televisivo transmitido por el Canal Caribe, el cultivo de hongos requiere una dedicación constante, además de condiciones específicas de luz, temperatura y humedad. Todos esos parámetros se consiguieron en un sótano de 40 m², donde se dispone de unos nueve estrados, cada uno con 27 bolsas rellenas de sustrato vegetal.
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Fue aquí donde Modesto cultivó y colectó el primer lote de hongos de la variedad seta de ostra, ejemplares que, según declaró, alcanzaron el crecimiento requerido, luego de 9 meses de trabajo, desde que iniciara su cultivo en junio de 2018. Afirma que su meta actual es llegar a producir anualmente media tonelada de hongos.
Esta primera producción, según dijo, será entregada a la Empresa Agropecuaria del Yabú, entidad que los procesará y luego comercializará dentro del sector turístico en la provincia, fundamentalmente en el polo hotelero de Cayo Santamaría, donde se espera que tengan buena acogida.
Sin embargo, en un anterior reportaje publicado por el semanario provincial Vanguardia se explicaba que las setas estarían dedicadas al consumo doméstico, de hecho, se presentaba este inusual cultivo como “Una experiencia en ciernes en la que están cifradas expectativas para la alimentación de los villaclareños”.
Según se daba a conocer entonces, ya se habían estudiado quiénes serían los potenciales consumidores de las setas manicaragüenses, y se explicaban los beneficios que podrían brindar a “aquellos sectores poblacionales más necesitados y vulnerables” de modo que “una vez certificada su inocuidad, pudieran ser llevados a los hogares de ancianos, hospitales maternos y círculos infantiles”.
El artículo, publicado el 24 de agosto de 2018 iba más allá y, con el objetivo expreso de incentivar el consumo de hongos entre los villaclareños, llegaba a proponer una receta de revoltillo con setas, a la vez que refería otras placenteras preparaciones si se combinaba con carne de cerdo o se comían crudos con mermelada de guayaba.
A partir de tan inusuales sugerencias se generaron no pocos chistes entre los villaclareños, y no faltó quienes jaranearan con el asunto: “Tendremos que comer hongos con mermelada, porque ni huevos ni cerdo hay”.
Y es que, a pesar de sus reconocidas propiedades nutricionales, los hongos nunca han formado parte de la dieta del cubano, quizás por eso muchos se cuestionen que ahora mismo se esté invirtiendo tiempo y recursos en su producción, mientras se descuidan otros cultivos tradicionales.
Si a ello se le suma el hecho de que “tan prometedores avances” en la fungicultura llegan en un momento de escasez generalizada de alimentos no falta quien perciba la iniciativa como un insulto a la mesa familiar, algo muy parecido a cuando se trató de imponer la moringa como panacea alimentaria.
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