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La Cámara Alta del Congreso norteamericano aprobó el pasado miércoles 12 de diciembre por mayoría el proyecto de Ley Agrícola 2018, que incluye una enmienda introducida por la senadora demócrata, Heidi Heitkamp, y por su colega republicano, John Boozman, para favorecer las ventas y el comercio con Cuba en ese sector.
La enmienda permitirá que el Departamento de Agricultura (USDA) utilice en Cuba los fondos del Programa de Desarrollo del Mercado Exterior y del Programa de Acceso al Mercado.
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Heitkamp, senadora demócrata por Dakota del Norte que formó parte de la amplia comitiva que acompañó al ex presidente Barack Obama en su visita a Cuba en 2016, indicó que esa medida permitirá "crear, expandir y mantener un fuerte mercado de exportación cubano para los productores y procesadores agrícolas de Estados Unidos, sin costo adicional para los contribuyentes norteamericanos".
Por su parte, la USACC (Coalición Agrícola de Estados Unidos para Cuba) expresó que aplaude la inclusión de la enmienda de la legisladora, quien lleva muchos años abogando por un cambio de la política de agrícola de Estados Unidos hacia Cuba.
El Congreso estadounidense envió a Donald Trump la Ley Agrícola 2018 para su ratificación, después de que la Cámara de Representantes le otorgara su aval a la medida con gran apoyo.
Hace poco más de un mes, en un artículo publicado en The Hill, un espacio especializado en temas del Congreso, los representantes republicanos Rick Crawford, Tom Emmer y Roger Marshall se refirieron a la necesidad del mercado cubano para los agricultores estadounidenses.
"La construcción de nuevos puntos de exportación para los agricultores estadounidenses y las industrias aliadas se ha convertido en un imperativo, y Cuba debería ser parte de esa combinación", expresaron los expertos, miembros del Grupo de Trabajo del Congreso de Cuba.
"Cuba es uno de los pocos mercados extranjeros -según los congresistas- donde el potencial para el crecimiento agrícola de los Estados Unidos es cuantificable y alcanzable. Esa isla gasta $ 2 mil millones al año en importaciones agrícolas para alimentar a sus 11 millones de personas y 3 millones de turistas anuales. La mayoría de sus importaciones son de Vietnam, China, la Unión Europea y otros lugares lejanos, donde las tarifas de transporte son muchas veces más altas que las nuestras".
Crawford, Emmer y Marshall reconocieron que Cuba ofrece una importante oportunidad de crecimiento a solo 90 millas de distancia y que tiene el mayor consumo per cápita de arroz en el hemisferio occidental.
"Cuba compraría fácilmente nuestros productos agrícolas de alta calidad si no fuera por nuestras normas de financiamiento obsoletas sobre las ventas agrícolas de los Estados Unidos a Cuba. Si bien la enmienda a la ley agrícola permite que los fondos de promoción de mercado se gasten en Cuba es un paso en la dirección correcta, para posicionar a los agricultores estadounidenses como el proveedor agrícola número 1 para Cuba, necesitamos una legislación que permita el crédito privado y el financiamiento en las ventas agrícolas a ese mercado", afirmaron.
Las limitaciones en este tipo de negociaciones están determinadas desde hace muchos años por el embargo comercial de Estados Unidos hacia la Isla, que hace que ambos países no tengan vínculos comerciales como podrían tener con el resto del mundo.
No son estas las únicas declaraciones de especialistas estadounidenses interesados en el mercado de la Isla. Hace un tiempo, el representante republicano por Arkansas, Rick Crawford, expresó: "Podemos ser la parte productiva del país, influenciar y ayudar en las reformas, o dar la espalda e irnos; Cuba es un terreno fértil para los inversionistas norteamericanos".
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