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Dos investigadoras cubanas trabajan en Alemania en un proyecto que pretende conseguir pesticidas ecológicos a partir de la moringa y el garañón.
Claudia Linares Rivero, bióloga de 26 años, y Geeisy Ángela Cid Valdés, química de 25, forman parte del equipo de investigación multidisciplinario, que trabaja en un proyecto conjunto entre Alemania y Cuba.
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Según recoge el rotativo alemán Schwaebische, ambas participan en un proyecto del Centro de Competencia Obstbau Bodensee (KOB), de Bavendorf (Ravensburg), sobre la biofumigación contra las plagas del peral y del manzano.
La investigación está coordinada por el doctor Manfred Büchele, que tras visitar la Isla, para dar una conferencia, promovió el intercambio científico. De hecho, en el centro KOB, que él dirige, cuenta con la colaboración de expertos de Brasil, Siria, Rusia, Pakistán y ahora de Cuba.
Las dos jóvenes investigadoras cubanas son graduadas de la Universidad de las Villas y tienen un máster en Agrobiotecnología.
La moringa y el garañón cuyo uso las investigadoras cubanas quieren extender a la fumigación ecológica, proceden de la provincia de Ciego de Ávila. El experimento de las jóvenes parte de la fumigación ecológica que los campesinos cubanos se han visto obligados a hacer en frutales como la guayaba o el mango, presionados por la imposibilidad de adquirir pesticidas.
A través de este intercambio, las investigadoras cubanas estarán en Alemania hasta diciembre y regresarán el año que viene en junio para terminar su trabajo. Por su parte, dos expertos alemanes permancerán un mes en Ciego de Ávila para dedicarse a hacer un estudio de mercado sobre la necesidad de plaguicidas ecológicos en Cuba.
El proyecto en el que participan las cubanas tiene el apoyo del Ministerio Federal de Educación e Investigación, que aporta unos 87.000 euros.
En Alemania se están financiando en estos momentos 11 proyectos de investigación en colaboración con Cuba.
Manfred Büchele tiene en muy alta estima a los profesionales cubanos, pero reconoce que trabajan en laboratorios "miserables" si se tiene en cuenta su equipamiento. Por eso ha empezado a recolectar material para enviarlo a la Isla: desde equipos de laboratorio hasta maquinarias agrícolas.
El director del KOB considera importante mantener la relación con Cuba, sobre todo, ahora que el país, en su opinión, se está abriendo al mundo. "Sería estúpido si nos cortáramos las manos", dice.
Él considera que la industria alemana de venta de maquinaria agrícola tiene nicho de mercado en la Isla, donde aún ha visto tractores marca Fortschritt, de los que se montaban en la extinta RDA.
Lo que más ha sorprendido a las jóvenes cubanas es que el clima en Ravensburg (al sur de Waden-Wurtemberg) sea tan cálido como en Cuba. También la cantidad de flores exhibidas en las fachadas de las casas. Esperan que antes de regresar a Cuba, el 1 de diciembre, las lleven a las montañas a ver la nieve, por primera vez.
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