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El australiano James Harrison, cuyas donaciones de sangre salvaron a millones de bebés durante seis décadas, murió a los 88 años.
Conocido como el "hombre del brazo de oro", su notable contribución a la medicina se debía a la presencia de un raro anticuerpo en su plasma, conocido como Anti-D, que permitió desarrollar una inyección para combatir la enfermedad hemolítica del recién nacido. Esta condición ocurre cuando la sangre de una madre Rh negativo ataca las células sanguíneas del feto Rh positivo, lo que puede provocar anemia, insuficiencia cardíaca o incluso la muerte del bebé.
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La dedicación de Harrison a la donación de plasma comenzó el día que cumplió 18 años, en 1954, y se extendió durante más de 60 años. En ese tiempo acumuló un total de 1,173 donaciones (prácticamente una todos los meses) hasta que alcanzó el límite de edad para donar a los 81 años.
Su compromiso inquebrantable salvó la vida de aproximadamente 2,4 millones de bebés en Australia, al prevenir casos de enfermedad hemolítica. A pesar de su miedo a las agujas, se mantuvo donando regularmente, lo que le valió el reconocimiento mundial y la inclusión en el Libro Guinness de los Récords en 2005. El récord lo superó en 2022 el estadounidense Brett Cooper de Michigan.
La motivación de Harrison para convertirse en donante surgió tras una experiencia personal a los 14 años, cuando requirió una cirugía mayor que implicó la extracción de un pulmón y la necesidad de múltiples transfusiones de sangre. Este evento lo hizo consciente de la importancia de la donación de sangre y lo impulsó a ayudar a otros en situaciones similares.
Este generoso hombre falleció el pasado 17 de febrero a los 88 años, en una residencia de ancianos al norte de Sídney, Australia.
Su legado perdura no solo en las vidas que salvó, sino también en la conciencia que generó sobre la importancia de la donación de sangre. La Cruz Roja Australiana y otras organizaciones de salud han destacado su papel fundamental en la implementación del programa Anti-D en Australia, que ha protegido a millones de madres y bebés.
James Harrison es recordado como un héroe nacional y un ejemplo de altruismo, cuya generosidad ha dejado una huella imborrable en la historia de la medicina y en las vidas de millones de familias.
Nació en Junee, Nueva Gales del Sur, y dejó una hija, dos nietos y cuatro bisnietos.
Preguntas frecuentes sobre James Harrison y su legado de donación de sangre
¿Quién fue James Harrison y por qué es conocido como el "hombre del brazo de oro"?
James Harrison fue un donante de sangre australiano que, gracias a un raro anticuerpo en su plasma llamado Anti-D, ayudó a salvar la vida de aproximadamente 2,4 millones de bebés. Este anticuerpo permitió desarrollar una inyección para prevenir la enfermedad hemolítica del recién nacido.
¿Qué es la enfermedad hemolítica del recién nacido y cómo contribuyó Harrison a combatirla?
La enfermedad hemolítica del recién nacido ocurre cuando la sangre de una madre Rh negativo ataca las células sanguíneas del feto Rh positivo, lo que puede provocar anemia y otros problemas graves. James Harrison donó su plasma para desarrollar una inyección Anti-D que previene esta enfermedad, protegiendo a millones de madres y bebés.
¿Cuántas donaciones realizó James Harrison y cuál fue su impacto en Australia?
James Harrison realizó un total de 1,173 donaciones de plasma a lo largo de más de 60 años. Su compromiso permitió la implementación del programa Anti-D en Australia, salvando millones de vidas y generando conciencia sobre la importancia de la donación de sangre.
¿Qué motivó a James Harrison a convertirse en donante de sangre?
La motivación de James Harrison surgió después de una cirugía mayor a los 14 años que requirió múltiples transfusiones de sangre. Este evento le hizo consciente de la importancia de la donación de sangre y lo impulsó a ayudar a otros en situaciones similares.
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