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Como si acudiera ante San Pedro, este lunes el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel se postró ante la piedra que supuestamente guarda las cenizas del dictador Fidel Castro, como cierre de su visita a Santiago de Cuba.
Las redes sociales de la Presidencia de Cuba difundieron imágenes del momento en el que el “líder de la continuidad” se plantó con un ramo de flores en el cementerio de Santa Ifigenia y contempló absorto al gran seboruco, rodeado por la oscuridad.
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“El tributo a Fidel, ante la roca que atesora sus cenizas, en el cementerio de Santa Ifigenia, selló la jornada del presidente Díaz-Canel en Santiago de Cuba”, dijo el aparato de comunicación de Palacio en un post rocambolesco, en el que llamó la atención el lenguaje utilizado para referirse al nicho del dictador.
Los trovadores de Palacio dieron el visto bueno a la expresión “la roca que atesora sus cenizas”, como si con ella adquiriera cierta aura mitológica el cambolo ceniciento erigido por el régimen para la peregrinación y adoración de los acólitos castristas.
Firme ante el pedrusco, Díaz-Canel lució "cabistivo y pensibajo" en la imagen difundida por Palacio. Allí, ante “la roca que atesora sus cenizas”, el hombre de paja del régimen cubano parecía tener en su mente la gran pregunta leninista: “¿Qué hacer?”.
Después de haber aprobado “lineamientos”, “ordenamientos” y “proyecciones”, el también primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) se ha quedado con el fracaso dibujado en el rostro. Las “coyunturas” y “corrección de distorsiones” lo han dejado descoyuntado y distorsionado en cuerpo y alma.
“A ti te decían ‘caballo’, y a mí me llaman ‘singao’. ¿Qué puedo hacer Fidel?” parecía decir el “puesto a dedo” ante La Roca. “He tocado tumbadoras, he bailado casino hasta en Niuyol, he dado ‘órdenes de combate’, discursos, distinciones; he tronado a ministros y ascendido a mediocres, tengo cientos de presos políticos, hago todo lo que me dice Raúl, incluso le hago caso al Cangrejo, pero nada detiene esta victoriosa marcha atrás”.
“Se han ido casi dos millones de cubanos, el ordenamiento monetario disparó la inflación, la salud y la educación ya no sirven ni para propaganda. Al team Asere le gana cualquiera, los rusos ahora son nuestros vampiros, ¿cómo hiciste tú para chuparles la sangre a los bolos?”, preguntó en silencio el 'suegastro' de Ana de Armas.
“Me hice ebbó en la Güinera a ver si me limpiaba la sangre inocente que allí derramé, pero estoy Osorbo dondequiera que me meta. Fui a Guanabacoa, pero tuve que salir corriendo. Finalmente, he tenido que reconocer que estamos ‘salaos’. He ido al Vaticano, a Miraflores y al Kremlin, pero agotaste la ración de milagros de la revolución. Dime Fidel, ¿qué hago?”, imploró Díaz-Canel sin pestañear.
“Nos dejaste un país arrasado y destruido, y he conseguido lo imposible: destruirlo y arrasarlo aún más. ¿No es eso un mérito? Es verdad, me quejo de mi suerte como un pequeñoburgués, pero fíjate que ni menciono a tu nieto. Manda una señal pronto, que esto se va al garete. Te dejo, que es la hora de comer y la Machi me está esperando. Ella te manda estas flores y dice que te quiere mucho… En fin, ¡qué sueño!”.
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