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Una madre santiaguera denunció este miércoles que las compotas entregadas por la libreta de racionamiento a los niños de Santiago de Cuba están en pésimas condiciones.
Según relató, al abrir los envases adquiridos en la bodega del barrio Los Pinos, en el municipio cabecera, encontró un producto seco, con partes negras y visiblemente arruinado, reportó el periodista Yosmany Mayeta en su perfil de Facebook.
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“Estas compotas son viejas, están secas y tienen partes negras”, expresó indignada la madre, quien no dudó en fotografiar el estado de los alimentos para evidenciar el problema.
La situación genera preocupación entre las familias santiagueras, ya que este tipo de producto está destinado específicamente para la alimentación infantil.
Ante el riesgo para la salud, Mayeta hizo un llamado a otros padres para que revisen cuidadosamente las compotas antes de ofrecérselas a sus hijos.
Sin embargo, el hecho no es un caso aislado, como queda claro en la sección de comentarios. Alberto Arocha dijo que “es verdad, en mi bodega también salieron muchas en esas condiciones”.
“Las que les toco a mi nieto también en mal estado”, denunció Ivette Sarda Prada.
Melitza Turcaz Montalbán, residente del municipio de Segundo Frente, apuntó que “también pasé por lo mismo”, evidenciando que el problema no se localizó solo en el municipio cabecera.
Aylin Seguras, haciendo alusión a la falta de lácteos que padece la población infantil, expresó: “Pobre de los niños, qué dolor, ni leche ni nada, y las compotas echadas a perder. Por Dios, ¿hasta cuándo esta situación?”.
En junio último, el periódico oficialista Sierra Maestra elogió el trabajo de la empresa La Estancia, durante la más reciente edición de ExpoCaribe, en Santiago de Cuba.
El portal de noticias citó Yuriem Jiménez Sanabria, especialista en Comunicación y Mercado Marketing, quien presumió que las compotas Pillín –la misma de la denuncia formulada por la madre santiaguera– forma parte de los productos más demandados de la empresa.
“Utilizamos un envase único y con diferentes formatos para que el producto final tenga larga duración”, señaló la directiva.
“Uno de sus renglones principales es la elaboración de la compota para la canasta familiar normada, bajo la marca Pillín”, apuntó.
En septiembre último, una cliente denunció públicamente en las redes sociales que la tienda “La Infancia”, ubicada en 23 y 6, en La Habana, se negó a retirar de la venta un producto en mal estado, pese a su advertencia.
Bárbara Lazo Suárez denunció en el grupo de Facebook “Gobierno de La Habana”, que el pasado domingo 22 de septiembre compró un artículo en dicha tienda, y al probarlo en casa antes de dárselo a su nieto, descubrió que el producto estaba en mal estado.
Indignada por la situación, la mujer reflexionó en las redes sociales si era necesario que ocurriera un brote diarreico o una consecuencia peor para que las autoridades tomaran medidas y suspendieran la venta de productos en mal estado.
La clienta expresó su esperanza de que se tomen medidas para prevenir problemas de salud entre los consumidores: “Espero que las autoridades competentes hagan algo al respecto”.
La crisis económica en Cuba ha generado un nivel de indolencia sin precedentes, y la venta de productos alimenticios en mal estado ocurre con frecuencia.
En julio, un residente de la provincia de Sancti Spíritus denunció la pésima calidad de un yogur comprado en una feria, el cual iba a ser consumido por un menor, lo que llevó al cubano a criticar el régimen, cuestionando: “¿Crees que eso sirve para un niño?”.
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