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La reciente respuesta del régimen cubano a una ola de memes y críticas en redes sociales ha puesto en evidencia la sensibilidad de sus dirigentes frente a las manifestaciones de descontento de la ciudadanía en el espacio digital.
La reacción oficial se originó tras la viralización de un tuit de parodia que algunos funcionarios aparentemente tomaron como una noticia falsa. El tuit, evidentemente humorístico, se refería de forma satírica a los problemas en el sistema energético del país, pero fue interpretado por las autoridades como un intento de desinformación.
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El mensaje, publicado desde una cuenta parodia, decía: “El sismo de hoy lo provocó la termoeléctrica Renté; la fuerza con la que se incorporó al SEN provocó una vibración en la capa tectónica de las Bahamas y esta dio paso al temblor en Bayamo. Le pedimos a la población que no se preocupen, no tenemos pensado volver a arrancarla”.
De inmediato, funcionarios de alto nivel y organismos estatales del régimen cubano denunciaron lo que consideraron un “ataque mediático digital” dirigido a generar “caos y desesperanza” en la población.
Entre los principales voceros de esta narrativa, Susely Morfa González, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y jefa del Departamento de Atención al Sector Social, publicó un tuit en el que alertaba a los ciudadanos sobre una campaña de desinformación, pidiendo “no ser cómplices” de estos mensajes en redes.
A esta denuncia se unió la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), entidad fuertemente criticada en las últimas semanas por los persistentes y prolongados apagones en el país. La UNE replicó el mensaje de la cuenta parodia en su cuenta oficial, utilizando el hashtag #NoFakes y pidiendo a los usuarios que desconfíen de las publicaciones que, según ellos, intentan difundir noticias falsas.
En otro tuit, la UNE especificó que su única cuenta oficial en la plataforma es @OSDE_UNE, tratando de diferenciarse de perfiles de parodia que satirizan la situación energética del país.
Este incidente generó una serie de respuestas irónicas en redes sociales. El usuario @Taoro8 criticó la reacción de la UNE, diciendo: “Ya todos conocemos sobre la ineficiencia de la @OSDE_UNE, pero esto de salir a desmentir un meme en medio de apagones de 5 días, ya desborda los límites de la ridiculez…”.
Otros comentarios señalaron el contraste entre la atención que el gobierno cubano presta a los memes y la falta de respuestas efectivas a la crisis energética que afecta a la población.
Gerardo Hernández Nordelo, coordinador de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), también se sumó a la defensa oficialista. En su cuenta de X (anteriormente Twitter), Hernández pidió precaución ante los “perfiles falsos” que, según él, utilizan el humor como una herramienta para difundir “mentiras” y “odio” hacia el régimen.
“Tengan cuidado con algunos perfiles falsos en ‘X’ que -bajo el manto de un supuesto humor- difunden mentiras con la esperanza de que alguien ‘caiga’. Son los mismos odiadores, con la misma agenda”, escribió el espía fracasado que recientemente llamó a los cederistas a luchar en las redes sociales.
La reacción del gobierno ha generado una discusión sobre la desconexión entre las prioridades del régimen y las necesidades de la población. Mientras los cubanos enfrentan constantes apagones, escasez de alimentos y dificultades para acceder a servicios básicos, el gobierno centra sus esfuerzos en desmentir memes y advertir sobre supuestas campañas de desinformación.
El usuarios de la cuenta @UNE__CUBA también se sumó al debate, comentando: “Dicen que estamos desinformando y sufriendo un ataque mediático y suben una captura que dice claramente que la cuenta que comparte la noticia es PARODIA Y FAKE”.
Este episodio evidencia la creciente brecha entre la narrativa oficial del régimen cubano y la realidad que enfrentan los ciudadanos. En lugar de abordar las causas del descontento social, como los apagones prolongados y la crisis económica, las autoridades recurren a culpar a las redes sociales y a los creadores de memes, acusándolos de intentar desestabilizar al país.
El régimen cubano responde con censura y control a la ola de memes críticos en redes sociales
La respuesta del gobierno, sin embargo, ha sido percibida por muchos como un intento fallido de controlar el discurso en redes, que sigue siendo un espacio para expresar las frustraciones de una sociedad cada vez más agobiada por las carencias y la falta de soluciones.
Un ejemplo reciente de la represión contra los creadores de memes en Cuba es el caso de un enfermero cubano que, en agosto de 2024, fue acusado de "desacato" y podría enfrentar una pena de hasta tres años de prisión por la publicación de un meme crítico en sus redes sociales.
La producción de memes se ha intensificado en momentos clave de la realidad cubana. En mayo de 2024, durante el desfile por el Día Internacional de los Trabajadores, surgieron numerosos memes que se burlaban de la celebración oficialista, destacando la incongruencia entre la realidad de la crisis que vive el país y el discurso triunfalista del gobierno.
De igual forma, en marzo de 2024, la respuesta del régimen a las protestas ciudadanas fue satirizada ampliamente en redes sociales, donde los cubanos utilizaron memes para expresar su desacuerdo con la gestión gubernamental y las medidas represivas.
Las reacciones del régimen ante esta ola de memes han incluido desmentidos públicos y la creación de campañas digitales para contrarrestar las críticas.
En febrero de 2024, partidarios del régimen lanzaron la etiqueta #YoTambienMeErizo, intentando ridiculizar la popular canción de reguetón “Me Erizo”, que se había convertido en un símbolo de rechazo al gobierno.
Igualmente, en otros casos, las autoridades han recurrido a desmentir rumores en redes sociales, como el que se generó sobre una supuesta producción ilegal de picadillo en La Habana en abril de 2024 y las dudas sobre la situación energética del país en mayo de 2024.
Incluso figuras cercanas al poder, como Lis Cuesta Peraza, esposa del gobernante Miguel Díaz-Canel, han sido objeto de burlas en redes sociales, provocando una avalancha de comentarios y memes, como ocurrió con una foto en la que aparece con un títere en las manos.
La censura y represión del régimen hacia el humor digital refleja su inquietud frente a esta forma de protesta, que logra penetrar en la sociedad y exponer las fallas del sistema.
A través de desmentidos oficiales, advertencias sobre “cuentas falsas” y procesos legales, el gobierno intenta contener el impacto de los memes, los cuales se han convertido en una herramienta de resistencia en una Cuba que continúa buscando espacios de libertad de expresión.
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