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Un fuerte terremoto de magnitud 7,6 sacudió este sábado la isla de Mindanao, en el sur de Filipinas, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Aunque las autoridades emitieron instaron a la población de las zonas costeras a huir tras lanzar una alerta de tsunami en gran parte de la región del Pacífico, incluidas Malasia e Indonesia, la alerta fue finalmente desactivada.
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La sacudida fue tan fuerte que llevó incluso a la Agencia Meteorológica de Japón a activar la alerta de tsunami para las regiones de Miyakojima y Yaeyama y la prefectura de Chiba, todas en el sureste de Japón y bañadas por el océano Pacífico.
El servicio geológico de Estados Unidos, que registra la actividad sísmica en todo el mundo, localizó el hipocentro a 32 kilómetros de profundidad y a unos 21,2 kilómetros al sureste de la población de Hinatuan, con más de 40,000 residentes. El sismo ocurrió a las 22:37 hora local (1437 GMT).
No hubo informes inmediatos de víctimas o daños. No obstante, el sargento de policía de Hinatuan, Joseph Lambo, dijo que el seísmo había sido “muy fuerte”.
El Instituto de Sismología de Filipinas (PHIVOLCS) aconsejó a los residentes de las provincias de Surigao Del Sur y Davao Oriental, ambas ubicadas en la costa oriental de Mindanao, a abandonar inmediatamente la costa y buscar refugio en zonas altas.
Tras el terremoto, potentes réplicas de hasta magnitud 6,4 continuaron sacudiendo la región a primeras horas del domingo tras el primer seísmo, según el USGS.
Filipinas se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7,000 terremotos, la mayoría moderados.
El seísmo se produce casi dos semanas después de que un temblor de magnitud 6,7 sacudiera Mindanao, causando la muerte de al menos nueve personas, sacudiendo edificios y provocando el derrumbe de parte del techo de un centro comercial.
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