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Anoche, el Guaranteed Rate Field se puso de pie para ovacionar a un pitcher australiano que venía de lidiar durante casi medio año contra una forma grave de cáncer. Sus compañeros de los Medias Blancas estaban de pie, y lo mismo hicieron en el dugout rival los Angelinos. Posiblemente Liam Hendricks, quien lanza en Grandes Ligas desde 2011, nunca estuvo más conmovido en el montículo.
Como era de suponer, el dos veces Relevista del Año en la Liga Americana no hizo el mejor trabajo. La falta de ritmo le pasó factura y le marcaron par de veces en el inning, pero la gente no reparó en ese detalle, sino en su regreso triunfal tras marcarle tres strikes al linfoma no Hodgkin.
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Una vez que se le detectó la enfermedad, el derecho de 34 abriles puso toda su energía en derrotarla. Completó su quimioterapia a comienzos de abril, dos semanas después comunicó que estaba oficialmente en remisión, el equipo lo envió a rehabilitarse y más tarde hizo algunas salidas simuladas.
Entonces realizó sesiones de bullpen durante el Spring Training, tuvo seis salidas en Triple A y encaró tres sesiones de práctica de bateo en vivo con los Medias Blancas. Luego le dieron el Ok y mereció el aplauso de su vida.
“Fue genial estar de vuelta”, dijo durante la conferencia de prensa posterior al juego, según MLB.com. “Regresar, ponerse los tacos, salir corriendo, hacer todo eso. Me sentí bien, me sentí fuerte, me sentí cómodo ahí fuera”.
Hendricks nació en Perth el 10 de febrero de 1989, y a lo largo de 13 campañas acumula 115 salvados con efectividad de 3.83. Antes de 2021 firmó con los Medias Blancas por tres temporadas y 54 millones de dólares e integró el equipo All-Star en las dos últimas temporadas gracias a 75 rescates y promedio de 2.66.
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