“El arroz de Cuba está a otro nivel” y sirve para resanar una pared, según la opinión irónica de un usuario que compartió en redes sociales una demostración práctica de su “descubrimiento”.
“Miren, para que no critiquen los productos de Cuba; que la gente se pone a hablar mierda por ahí, de que los productos de Cuba no sirven... Hay bastantes productos que tienen el número uno, y entre ellos está el arroz que nos están dando aquí. Miren: lo mismo sirve para almorzar que para resanar una pared”, explicó el internauta cubano en un video que circula por redes.
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Parado ante su olla arrocera, el cubano explicó en tono serio y didáctico su punto de vista, dando a su sátira un punto extra de comicidad. Lo que en un principio parecía una defensa real del arroz que se vende en Cuba, termina con la surrealista imagen del cocinero lanzando una cucharada del cereal contra la pared.
Con movimiento de albañil experimentado, el bromista agarró la cuchara de la olla arrocera y sacó un puñado de arroz cocinado que proyectó contra los azulejos de su cocina, como si se tratase de una paletada de mortero preparado con cemento y arena, lanzada con el propósito de resanar un muro de mampostería.
Con el precio del arroz por las nubes en el mercado negro cubano -una libra del cereal se vende hasta en 250 pesos-, la cuota mensual que se comercializa de manera racionada no alcanza para cubrir las necesidades de consumo de la población.
Considerado uno de los alimentos básicos en la dieta de los cubanos, estos deben pagar cada vez más dinero para adquirirlo. Se le añade además el hecho de que la calidad no es buena, cuando no francamente mala.
A finales de febrero, un opositor e influencer cubano denunció la mala calidad del arroz que el gobierno vendía a la población, en medio de la crítica escasez del grano en Cuba, y cuestionó el hecho de que ahora viene de color amarillo.
"A pesar de todas las dificultades el cubano se esfuerza para innovar. Ya no tienes que echarle sazón ni nada, ya está amarillo", ironizó en Twitter "Armandito el Balsero", como se identifica el joven en las redes sociales, mientras mostraba la coloración amarillenta del grano.
Pasado un mes de las históricas protestas del 11J en Cuba, los cienfuegueros denunciaron la mala calidad del arroz que llegaba a las bodegas para la venta por la libreta de abastecimiento, lleno de cáscaras (machos), piedrecitas, granos partidos, y hasta frijoles.
"Los dos meses anteriores vino con lo que se conoce como el gusano del arroz. Este mes con unos granitos que parecen frijoles, pero son mucho más pequeños, con machos y muy partido", denunció entonces una cienfueguera.
El desabastecimiento de arroz y las irregularidades en su calidad generan malestar en la población, pues no solo debe consumir un producto malo, sino que el tipo de cocción de estos diferentes granos varía y se necesita ser muy experto cocinero para lograr un arroz adecuado para el consumo.
La crisis general que atraviesa el país, sobre todo desde que en enero de 2021 se implementara la "tarea ordenamiento", provocó un desajuste entre precios y salarios, y una de las inflaciones más altas registradas en la región, que ha repercutido en la escasez de alimentos y los altos precios que alcanzan en el país.
En enero, el gobierno cubano adelantó que la baja producción de arroz en el país provocaría un importante déficit durante este año.
"Los planes montados para 2023 son bastante bajos, con alrededor del 40% de lo previsto a esta altura en el programa de desarrollo. Debíamos sembrar 140,000 hectáreas y solo lograremos plantar 68,000", dijo a la prensa oficialista Orlando Linares Morell, director de la División Tecnológica de Arroz en el Ministerio de la Agricultura.
El Estado cubano requiere más de 600,000 toneladas de arroz para cubrir la canasta normada y el consumo social. En la actualidad importa las dos terceras partes del total y recibe una importante cantidad a través de donaciones de países como China y Viet Nam. La producción de arroz en Cuba ha decrecido desde 2019.
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