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El gobierno de Gustavo Petro estaría explorando la posibilidad de implementar el modelo cubano para la fabricación y distribución de medicamentos, según desveló un importante medio de prensa colombiano.
Decisiones recientes del gobierno de Petro han despertado dudas y temores en el sector de la salud de Colombia. Un artículo publicado este sábado en la revista Semana se hizo eco de las sospechas que provocan algunas señales del ejecutivo entre los empresarios del sector farmacéutico.
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¿Está el Gobierno colombiano estudiando la posibilidad de estrechar lazos con Cuba y buscar asesoría de la “potencia médica” cubana en materia de salud pública?, se preguntan los empresarios.
Una invitación de finales de febrero, cursada por la embajada de Cuba a varios actores del sector farmacéutico para reunirse con el ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, encendió las alarmas en el sector.
Al encuentro también asistieron representantes de la empresa estatal cubana de biotecnología BioCubaFarma y los empresarios colombianos recibieron información sobre las posibilidades de negocios que tenían con Cuba.
“Tenemos a bien extenderles una cordial invitación a un encuentro con el Ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba, Excmo. Sr. Rodrigo Malmierca Díaz, a realizarse el próximo 21 de febrero a las 0800 horas en el hotel Suites Tequendama. El intercambio será sobre: ‘BioCubaFarma: La industria farmacéutica y biotecnológica cubana. Sus potencialidades comerciales y otros negocios’. Cordial saludo. Javier Caamaño Cairo. Embajador de Cuba en Colombia”, indicaba la invitación cursada.
Una fuente citada de manera anónima por Semana reveló algunos de los temas tratados en la reunión. “Que los productos fabricados en Colombia puedan ser registrados ante la autoridad sanitaria de Cuba y comercializados en ese país es buenísimo”, manifestó el asistente a la reunión, dejando ver que esa posibilidad se puso sobre el tapete.
Sin embargo, los empresarios manifestaron su preocupación por que esa posibilidad entrañe un vínculo más profundo en materia de salud pública entre ambos gobiernos, unida a la voluntad del ejecutivo de Petro de acercarse al modelo de Cuba.
“El Gobierno cubano claramente nos manifestó que está interesado en adquirir laboratorios y comercializadoras en Colombia”, dijo la fuente, expresando la preocupación que ello conlleva dentro del sector.
Los problemas de abastecimiento de la industria farmacéutica cubana son mundialmente conocidos, pero lejos de cuestionar el modelo estatal de producción y distribución de medicamentos, los aliados y simpatizantes políticos del régimen cubano achacan este y demás problemas del sector de la salud pública cubana al embargo estadounidense.
Las declaraciones a mediados de marzo de la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, calificando al régimen cubano de "dictadura que envía médicos", y justificando la permanencia en el poder del castrismo y su “continuidad” por más de 60 años con el argumento de que los cubanos “no han podido elegir porque están bloqueados”, son señales claras de la afinidad política entre ambos gobiernos.
Desde hace varios meses, según el citado medio, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos de Colombia (Invima) impulsa un proyecto multilateral que podría afectar a los sistemas nacionales de regulación de fármacos en la región.
En conjunto con los gobiernos de Cuba y México, el Invima estaría buscando crear una Agencia Latinoamericana de Medicamentos, un organismo regional a semejanza de la Agencia Europea de Medicamentos.
El aumento de la participación en distintos eslabones del mercado de medicinas por parte del Estado colombiano, ejemplificado por Semana con la compra de Drogas La Rebaja, denota el interés del gobierno de Petro de tener una fuerte influencia pública en la distribución de productos farmacéuticos en el país.
“¿La compra de Drogas La Rebaja sería el primer paso para adquirir el modelo de Cuba en Colombia?”, se preguntó la fuente consultada por el semanario colombiano. “¿Cómo puede competir la industria privada si el Gobierno tiene una fabricación, una distribución y una venta propia de medicamentos?”.
Las declaraciones recientes del gobierno colombiano, informando que invertirá en proyectos para producir fármacos a nivel nacional de la mano de instituciones públicas como alcaldías y universidades, también levantan sospechas en el sector.
Para Julio César Aldana, director del Invima entre 2018 y 2022, la propuesta requiere “unas reglas de juego claras” que dé lugar a políticas flexibles que se puedan adaptar a los cambios constantes de la industria. Desde la prudencia, el ex directivo no ve con malos ojos una mayor participación del Estado en el sector de la salud y que Colombia fortalezca sus capacidades para fabricar medicinas nacionales.
“Existen vacunas para enfermedades tropicales que no les interesan a las grandes compañías, porque no son significativas para ellas. Por esa razón, la soberanía sanitaria es necesaria y parte de ella pasa porque se puedan producir estos medicamentos”, concluyó.
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