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El régimen cubano aseguró este martes que tiene bajo control un foco de gripe aviar detectado a inicios de febrero en el Zoológico de La Habana.
Un comunicado del Centro Nacional de Sanidad Animal (CENASA), perteneciente al Ministerio de la Agricultura, señaló que tras la detección del virus en el Jardín Zoológico de La Habana se establecieron medidas de cuarentena con el objetivo de evitar su diseminación en aves de traspatio y granjas comerciales.
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Asimismo, aseguró que desde inicios de febrero, cuando se confirmaron los primeros casos en la instalación, se aplicaron "estrictos controles de seguridad" destinados a evitar contagios de animales a humanos.
"Actualmente la situación se encuentra bajo control, pues no se han identificado nuevos casos positivos ni sospechas de la enfermedad en los animales y se continúa trabajando en las acciones de recuperación que incluyen limpieza, desinfección y sanitización de áreas afectadas, el drenaje de las lagunas, acciones de protección y vigilancia de animales susceptibles dentro de la instalación para la posterior aplicación de actividades de centinelización y repoblación", destaca la nota.
CENASA explicó que actualmente se mantiene el funcionamiento del Grupo de Trabajo Temporal dirigido por el Ministerio de la Agricultura para el chequeo permanente de las acciones que se ejecutan para erradicar el virus y poder restablecer los servicios a la población.
Por último, señaló que las aves silvestres son consideradas como el principal reservorio y vía de propagación de la enfermedad, la cual es más frecuente en el actual período de migración de las aves.
Las autoridades de sanidad animal habían advertido anteriormente que en Cuba el riesgo de introducción de la gripe aviar era alto por el constante paso de aves migratorias y la vigilancia debe ser constante.
En una alerta emitida en diciembre, el CENASA mostró preocupación ante el avance, la cercanía y posible aparición de la influenza aviar por la presencia de bandadas de aves migratorias en el país y recomendó a profesionales, técnicos, criadores y población en general realizar acciones que pudieran mitigar el impacto de la enfermedad.
La institución aconsejó entonces evitar el contacto de aves silvestres con las de crianza, extremar las medidas de bioseguridad en instalaciones avícolas, prohibir el traslado de aves enfermas, no tocar los cadáveres de aves presuntamente enfermas, entre otras medidas.
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