Más de 30 personas que el domingo iban en un vuelo de Hawaiian Airlines desde Arizona a Hawai, resultaron heridas cuando el avión se encontró con graves turbulencias.
Al menos 36 personas sufrieron lesiones, entre los cuales había pasajeros y miembros de la tripulación. Entres los heridos hay once graves, según Jim Ireland, director de los Servicios Médicos de Emergencias de Honolulu.
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La aerolínea explicó en su cuenta de Twitter que el vuelo HA35 de Phoenix a Honolulu encontró una turbulencia severa y aterrizó de manera segura en el aeropuerto de salida, el domingo a las 10:50 am.
"Se brindó atención médica a varios invitados y miembros de la tripulación en el aeropuerto por lesiones menores, mientras que algunos fueron transportados rápidamente a hospitales locales para recibir atención adicional", precisa el tuit.
Algunos pasajeros sufrieron cortes en la cabeza, además de golpes y magulladuras. Otros tuvieron náuseas y vomitaron, y al menos una persona perdió el conocimiento.
Los servicios sanitarios atendieron a pasajeros y miembros de la tripulación en el aeropuerto, pero unos 20 heridos, entre los cuales se encuentra un niño de 14 meses, tuvieron que ser trasladados a salas de emergencia.
Según reportó el portal 20 Minutos, tres miembros de la tripulación necesitaron atención médica al presentar laceraciones, hematomas y pérdida del conocimiento, entre otros tipos de lesiones.
"Nos sentimos afortunados de que no hubiera muertes ni otras lesiones críticas. Y confiamos en que todos se recuperen por completo", dijo Ireland.
El incidente ocurrió entre 15 y 30 minutos antes de que el avión aterrizara en Honolulu.
La turbulencia fue tan fuerte que algunos pasajeros salieron volando de sus asientos. Así le sucedió a la madre de Kaylee Reyes, quien se acababa de sentar cuando empezó el movimiento y no se había abrochado el cinturón de seguridad.
"Ella salió volando y se pegó con el techo", dijo Reyes a Hawaii News Now.
Otro viajero relató a medios hawaianos que la sacudida era tan fuerte que "estábamos temblando tanto que estábamos como flotando fuera de nuestras sillas".
A bordo del avión iban 278 pasajeros y 10 tripulantes.
La aerolínea anunció que estaba apoyando a todos los pasajeros y empleados afectados y seguía monitoreando la situación.
Jon Snook, jefe de operaciones de la compañía, dijo que no habían tenido un evento de esta naturaleza en la historia reciente y que el interior del aparato sufrió algunos daños.
El directivo precisó que en el momento de las turbulencias estaba encendido el aviso de cinturón de seguridad, pero algunos pasajeros no lo llevaban puesto.
Thomas Vaughan, del Servicio Nacional de Meteorología en Honolulu, confirmó que se había dado un aviso de posibles tormentas eléctricas que abarcaba a Oahu y a otras zonas, entre las que se incluye por donde volaba el avión.
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