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La selección croata se repuso de un arranque funesto y tiró de experiencia competitiva y calidad para dejar eliminada a Canadá (4x1), que ha ilusionado en dos salidas pero en ninguna consiguió arañar un punto.
“Nos vamos a coger a Croacia”. El amenazante vaticinio del técnico canadiense John Herdman había calentado la previa del partido, y ciertamente dio la impresión de que los norteamericanos iban a pasar un cruel rodillo a costa de Luka Modric and Co.
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Eso, porque Alphonso Davies marcó a los 68 segundos un gol de vestidor que pasó a ser el décimo quinto más tempranero en la historia del torneo (MisterChip dixit) y se convirtió en el primero del país de la hoja de arce en estas citas mundialistas.
Canadá había entrado al juego con el cuchillo entre los dientes, poniendo toda la agilidad de sus hombres en una caravana de desbordes y regates que hacían lucir impotentes a los subcampeones del mundo.
Sin salida y demasiado displicente en la marca, los del uniforme ajedrezado veían cómo la ferocidad de los Canucks no los dejaba pisar área a placer. Canadá vivía una fiesta ofensiva de apariencia interminable, se gustaba en la cancha y sacaba unas garras más grandes que las del extinto lagarto guadaña.
Pero llegó el minuto 26 y Andrej Kramaric les metió el miedo en el cuerpo a los norteños con un gol que, aunque terminaría invalidado por offside, les dejó claro que no jugaban solos en el césped del Khalifa.
Desde ese momento Modric empezó a juntarse más con Mateo Kovacic, Marcelo Brozovic desaprovechó una ocasión al disparar contra el muñeco, el campo se inclinó completamente, y la cosecha se recogió con un tiro cruzado de Kramaric al '36 y un derechazo de Marko Livaja ('43) luego de una flagrante desatención defensiva.
Las aguas habían vuelto a su cauce natural. Bajada a tierra por la fuerza, Canadá estaba urgida de puntear o resultar eliminada. Croacia lanzaba balones profundos y atacaba los espacios -exactamente lo que no había hecho en el debut contra los magrebíes-, y esa fue la tónica del resto del partido.
El propio Kramaric, al '70, sentenció a muerte el sueño de una Canadá que apenas asistía a su segundo Mundial y, pese a que continuaba sin hacer la cruz, había mostrado muy buenas maneras contra dos selecciones que estuvieron en el podio de Rusia 2018 (Croacia segunda y Bélgica tercera). Para cerrar, la humillación de la goleada la rubricó el suplente Lovro Majer en tiempo de descuento.
A todas luces, John Herdman debiera ser un poco más prudente.
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