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La muerte de un bebé venezolano de un año como consecuencia de disparos de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago contra una embarcación que transportaba a 43 inmigrantes ilegales mantiene consternada a la comunidad internacional.
Darielvis Sarabia, madre del pequeño, también resultó herida por los disparos y su hija de dos años se encuentra bajo la custodia de inmigración. El papá de los niños lleva ocho meses en Trinidad y Tobago, motivo por el que la mujer decidió reunirse con él junto a sus dos hijos.
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El incidente ocurrió poco antes de la medianoche del sábado, luego de que el TTS Scarborough detectara una embarcación cruzando los 18 kilómetros que separan el estado venezolano de Delta Amacuro de la isla de Trinidad.
La Guardia Costera indicó en un boletín de prensa que "los agentes temían por sus vidas y, en legítima defensa, dispararon a los motores para intentar detener el barco", luego de haberle ordenado el alto varias veces y de que el bote intentara embestir la nave.
El documento añade que la madre y su hijo fueron trasladados a un centro médico, pero que "el bebé no respondía".
El trágico incidente ha generando una ola de indignación en Venezuela contra las autoridades de Trinidad y Tobago. Las críticas en redes sociales de activistas, artistas y ciudadanos comunes se han dirigido también contra el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana.
El suceso se suma a lista de incidentes entre inmigrantes venezolanos y el gobierno trinitense, especialmente en los últimos cuatro años, cuando varias embarcaciones se han hundido tratando de llegar a Trinidad.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y cuatro de sus principales agencias expresaron consternación por el fallecimiento del bebé.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lamentaron profundamente la tragedia en un comunicado conjunto.
“Ningún niño o niña migrante debería morir jamás, ya sea viajando con sus padres o solo. Ninguna madre quiere poner en riesgo la vida de sus hijos en un pequeño barco en alta mar, a menos que no tenga otra opción”, dijo Jean Gough, directora regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.
El gobierno de Venezuela, por su parte, ha instado a las autoridades de Trinidad y Tobago a realizar una "investigación exhaustiva" para esclarecer la muerte del bebé.
“El Gobierno de Venezuela extiende sus más sinceras condolencias a los familiares del infante, al tiempo que exhorta a las autoridades de Trinidad y Tobago a realizar una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos que rodearon este fatal incidente en el que, lamentablemente, perdió la vida un niño venezolano”, indicó la Cancillería venezolana en un comunicado.
El documento también precisó que Maduro ordenó activar todos los mecanismos diplomáticos y establecer “los protocolos binacionales necesarios para consolidar las dinámicas de seguridad transfronteriza que preserven el buen entendimiento” entre los países.
El líder opositor venezolano, Juan Guaidó, escribió en Twitter que los disparos hechos por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago “no tienen justificación”.
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