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La cubana Dayniet Fuentes Navarro, embarazada de siete meses, lleva dos días esperando por una ambulancia que debe recogerla en La Agüadilla, un poblado de Baracoa (Guantánamo), donde fue apuñalada en abril por su vecina, Roseli Romero Terrero, ex amante de su marido.
La víctima, de 33 años, madre de dos niños de 8 y 15 años, necesita volver al hospital de Baracoa, en Guantánamo, porque las heridas se le han infectado y le están supurando, pero la ambulancia no aparece.
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Este martes le dijeron que no podían ir a por ella; que irían a buscarla este miércoles y ahora le dicen que no, será este jueves. Las autoridades sanitarias se escudan en que en estos momentos la prioridad de la ambulancia son los casos COVID-19 y por eso ella tiene que esperar mientras su abdomen sigue doliéndole y ningún médico se ha acercado a valorar su estado.
"La herida de la puñalada en el abdomen se le reventó el martes y está botando como una sangre negra y tiene un dolor, que no se puede enderezar. La niña dentro nada más que es patadas y patadas", dice la hermana de la víctima, en alusión a la bebé que viene en camino.
"Para que pongan una ambulancia tiene que ser un caso muy estricto porque no hay ambulancias. Tienen que ve cómo se la llevan. La otra vez la pusieron en una hamaca y así se la llevaron para el hospital", recalca.
Roseli Romero Terrero, de 21 años, apuñaló hace dos meses a Dayniet Fuentes en el abdomen y la muñeca izquierda. Fuentes estuvo debatiéndose entre la vida y la muerte en terapia intensiva mientras la agresora estaba en su casa, con una medida cautelar de prisión domiciliaria, previo pago de una fianza, pese a que es reincidente.
Ésta es la segunda vez que Roseli Romero ataca a Dayniet Fuentes. Primero la hirió con unas tijeras y la condenaron a dos años de prisión domiciliaria y ahora, con un cuchillo, delante la hija de 8 años de la víctima.
Tras salir de terapia intensiva, Fuentes volvió a ingresar en el hospital por complicaciones de las heridas en la barriga. Y desde hace dos días necesita volver al médico.
El apuñalamiento de una madre embarazada conmocionó a un pueblo de 350 habitantes, que no entiende por qué Roseli Romero, casada y madre de dos niños de 1 y 7 años, sigue en libertad.
En los juzgados le han dicho a Dayniet Fuentes que no han juzgado aún a Roseli Romero porque si con las complicaciones que está teniendo, ella perdiera la barriga y la agresora ya está juzgada y no podrían volver a juzgarla por el mismo delito.
"Para tomar declaración a la niña de 8 años, testigo de lo ocurrido, le dijeron que tenían que ver la herida para valorar si era grave, pero no iban a verla a su casa, como si estuvieran esperando a que se le curara. Imagínate, una mujer que la mandaron con el mondongo en la mano para el hospital", se queja la hermana.
No es la primera vez que trasciende la escasez de ambulancias en Guantánamo. Este abril un anciano de 98 años y con graves dolencias debió esperar por una durante más de una hora en la comunidad rural El Bermejal, en Guantánamo.
Familiares angustiados comparten las quejas sobre el sistema de sanidad pública en Cuba en las redes sociales asegurando que esperan durante horas un transporte para trasladar a sus allegados a los hospitales. También lamentan que la ambulancia no llega a tiempo para salvar la vida a sus mayores.
Entre 2017 y 2018 las estadísticas oficiales cubanas registraron 516 defunciones (de ambos sexos) provocadas por agresiones en la Isla. Hay otros 274 fallecimientos clasificados como "eventos de intención no determinada", según el Anuario Demográfico Cubano de 2019, publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas de Cuba (ONEI).
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