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Manuel de la Cruz, el joven que interpretó al payaso Desparpajo en la fiesta de San Isidro, escribió un emotivo texto luego de que el artista Luis Manuel Otero Alcántara iniciara una huelga de hambre y sed para reclamar sus derechos.
"Luis Manuel se ha declarado en huelga de hambre y sed, por sus reclamos, por sus obras, por el arte y por toda Cuba. Es momento de ponernos en sus zapatos", dijo.
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Otero Alcántara "late al compás de todos los artistas genuinos y conscientes del sufrimiento de Cuba, ve por los ojos de un país, y su sufrir es el de todo un pueblo... Nadie quiere imaginar Cuba sin Luis Manuel, y espero que el Estado, si le queda algún ápice de inteligencia y tino, tampoco lo quiera".
Manuel de la Cruz aprovechó en su texto para lanzar una triple convocatoria por el líder del Movimiento San Isidro dirigida a la presidencia, a los artistas y al pueblo de Cuba.
Presidencia: ¿Cómo responderás al Jaque?
Artistas: Nuestros pies a sus zapatos
Pueblo de Cuba: Los ojos a su hijo, a uno de los más honrados.
El joven recordó lo sucedido el pasado 5 de abril durante la actividad para los niños en San Isidro, frustrada por agentes de la Policía y la Seguridad del Estado en Cuba.
De La Cruz, quien fue detenido antes de que comenzara su actuación, olvidó llevar sus zapatos de payaso a la fiesta y terminó por usar unos de Otero. "Ese día Desparpajo estuvo en los zapatos de Luis Manuel", comentó.
Desde la Unidad de la Policía, transmitió un video en vivo denunciando la situación. Desde entonces ha sido víctima del acoso y la represión de las autoridades de la Isla, que provocaron que fuera desdepedido del preuniversitario donde impartía clases.
A continuación reproducimos íntegramente el texto compartido por Manuel de la Cruz en sus redes sociales:
El lunes 5 de abril salí de la casa con mi tropelaje característico, y al llegar a la Sede del Movimiento San Isidro me percaté que había olvidado traer mis zapatos de payaso. Saltaron a mi vista, en tanto me maquillaba, unos vistosos zapatos verdes y amarillos, casi fosforescentes, ideales para la función del día, unos zapatos del Luisma. En el acto accedió a prestármelos.
Ese día Desparpajo estuvo en los zapatos de Luis Manuel. Quizás por eso atrajo para sí la atención de la Seguridad del Estado de una vez y por todas, y sufrió una muestra de lo que el activista lleva tiempo sufriendo: arrestos arbitrarios, detenciones injustas, encierros en calabozos, interrogatorios y tratos violentos.
Luis Manuel se ha declarado en huelga de hambre y sed, por sus reclamos, por sus obras, por el arte y por toda Cuba.
Es momento de ponernos en sus zapatos.
Luis Manuel late al compás de todos los artistas genuinos y conscientes del sufrimiento de Cuba, ve por los ojos de un país, y su sufrir es el de todo un pueblo, su llanto por los caramelos olvidados es la lágrima, ausente o explícita, de los niños que corretean nuestras calles. Luis Manuel se sentó en un garrote real, para vocerar al mundo la represión hostil que es cual comida a nuestro pueblo hambriento. Luis Manuel, su arte, sus obras, son los zapatos del arte, de los artistas y del pueblo; ha dedicado sus años más valiosos a sufrir el dolor de otros, incluso de los indolentes, y a hablar en nombre de ellos; sí, a ponerse en sus zapatos.
Nadie quiere imaginar Cuba sin Luis Manuel, y espero que el Estado, si le queda algún ápice de inteligencia y tino, tampoco lo quiera.
Mientras él continúa en huelga, informo, hay ya muchos que nos estamos poniendo sus zapatos, más justa o más holgadamente, dispuestos a eternizar su accionar y con suerte, replicar un poco de su valor.
Sus zapatos están ahí, y el pueblo, al menos muchos de nosotros, saldremos a la calle con ellos puestos.
Presidencia, no cometan el desatino, de borrar la figura de Luis Manuel Otero Alcántara, pues solo lograrán, replicarlo en innumerables cifras, en miles de poemas, en decenas de libros, en más cuadros y más garrotes.
Triple convocatoria es esta.
Presidencia: ¿Cómo responderás al Jaque?
Artistas: Nuestros pies a sus zapatos
Pueblo de Cuba: Los ojos a su hijo, a uno de los más honrados.
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