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Las autoridades de La Habana decidieron cerrar el área de servicios gastronómicos del Mercado de Cuatro Caminos, tras detectarse un brote de coronavirus en el que cuatro trabajadores se han infectado.
Para detener la transmisión del virus, el Consejo de Defensa de la ciudad ordenó además priorizar el ingreso en centros de aislamiento de las personas que tuvieron contacto con los contagiados.
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La Habana reportó este sábado 587 nuevos casos de COVID-19, muy por encima del resto de las provincias. La capital cubana tiene una situación epidemiológica crítica, con una alta incidencia de positividad, del 7.4 por ciento.
Como respuesta, se anunció el reforzamiento de la imposición de multas y otras sanciones penales y administrativas a quienes incumplan las medidas sanitarias y las restricciones de movilidad, implantadas para controlar los niveles de contagio y elevar la percepción de riesgo en la población.
En reunión del Consejo de Defensa Provincial (CDP), el primer secretario del partido, Luis Antonio Torres Iríbar, criticó la existencia de "indisciplinas con los permisos de accesos emitidos" para entrar y salir del territorio.
Por su parte, el jefe de la policía, coronel Frank Gimen Jiménez, dio a conocer que se redoblará la vigilancia nocturna en las calles, así como las multas durante el día a quienes no respeten las disposiciones sanitarias.
A los carros que circulen en horario nocturno se les retirarán las placas, una medida adoptada luego de que se detectara un "visible incremento de la circulación vial después de las 9:00 de la noche, sobre todo del tráfico vehicular", según explicó el semanario Tribuna de La Habana.
El Mercado de Cuatro Caminos suele estar lleno de usuarios que acuden a adquirir alimentos en medio de una grave escasez.
En enero, el miembro del Movimiento San Isidro Esteban Rodríguez, quien fue a comprar pollo y perritos, denunció que la instalación parecía una "base militar", por la gran cantidad de policías y guardias de seguridad situados en las afueras para vigilar las colas.
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