Una mujer fue arrestada en el municipio cabecera de la provincia de Artemisa por vender productos de primera necesidad a través de WhatsApp.
Operaba a través de un grupo abierto en la citada aplicación denominado “Venta de Alimentos - Artemisa”, donde se ponía de acuerdo con las personas interesadas, y establecía fecha, hora, lugar y el tipo de producto que deseaban adquirir.
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Le fueron ocupadas grandes cantidades de detergente líquido y en polvo, champú, espaguetti, pasta de dientes y aceite, entre otros artículos, casi todos adquiridos través de tarjetas magnéticas en tiendas que operan en Moneda Libremente Convertible (MLC), ademas de una libreta con nombres de una veintena de clientes.
“Todo lo confiscado se entregó a Almacenes Universales Mariel con destino social”, concluye el reportaje de Canal Caribe, donde el periodista no pierde la oportunidad de atribuir la escasez y "la situación económica que enfrenta el país" al contexto del coronavirus y “al férreo bloqueo norteamericano contra Cuba".
La compra-venta a través de redes sociales en Cuba
En las últimas semanas, los habituales reportajes televisivos sobre detenciones y decomisos han mostrado casos de venta a través de las redes sociales y de diversas plataformas de venta online.
A mediados de septiembre, la policía cubana desarticuló en Cabaiguán, Sancti Spíritus, una cadena de venta en la que fueron decomisados más de 580 artículos como detergente, pollo, desodorante y frazadas de piso; e identificados 28 coleros, 26 de los cuales recibieron "advertencias oficiales" y dos "profilaxis".
Previamente, a finales de agosto, otro reportaje de la Televisión Cubana dio cuenta de un operativo, en ese caso en Las Tunas, contra otras cadenas que operaban desde las redes sociales y en las colas de las tiendas, y que tenían casas-almacén desde donde distribuían artículos de primera necesidad.
El carácter ejemplarizante de este tipo de operativos se ha vuelto nota distintiva de los reportajes policiales transmitidos por la Televisión Cubana, en los que siempre se describe a los oficiales de la policía y del MININT que intervienen como salvadores de las necesidades de los cubanos, para que no sean maltratados y abusados por precios exorbitantes impuestos por los acaparadores.
Semejante actitud ha generado no pocas críticas entre algunos cubanos, que aseguran preferir que las tiendas estén surtidas.
En el contexto de desabastecimiento y escasez -agravados por la crisis del coronavirus- el régimen cubano ha reforzado el control policial en los últimos meses para combatir delitos relacionados con el robo o compra-venta de insumos de todo tipo y ha aumentado la persecución de los revendedores, coleros y acaparadores.
La prensa oficialista, por su parte, se hace eco de arrestos por supuestops delitos económicos y decomiso de mercancías. Aunque los reportajes de corte policial en la Televisión Cubana cuentan con un número adeptos, su carácter en extremo parcializado también es muy cuestionado.
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