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El norteamericano Alan Gross vuelve a la carga. El hombre que estuvo cinco años presos en Cuba, entre 2009 y 2014, acusado de espiar para los Estados Unidos, ha retomado sus ataques contra el presidente de su país.
Este lunes Gross, que entró en prisión cuando trabajaba en un proyecto de instalación de internet a la comunidad judía de la Isla, advirtió desde Twitter que "Donald Trump arrojará a los cubanos debajo del autobús en un santiamén".
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La alerta del contratista que trabajaba para la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional cuando fue detenido en la Isla hace diez años, ha caído, de momento en saco roto: sólo ha conseguido un "me gusta" y un solo "retuit".
La advertencia de Gross llega en plena polémica por el premio que los veteranos cubanos de Bahía de Cochinos dieron a Trump en 2016, cuando era candidato a la Casa Blanca. Un periodista de CNN lo ha desmentido, asegurando que fue sólo un reconocimiento y la Brigada de Asalto 2506 ha tenido que salir al paso para reforzar las declaraciones del presidente en Twitter.
Además, las declaraciones de Alan Gross llegan un día después de que una caravana de cubanos mostrara su apoyo a Trump en Miami.
Alan Gross se dirige a los cubanos después de que hace unos días se encarara a Trump, esta vez a través de Facebook, para retarle a que le llame "mamón" o "perdedor en su cara". Además, en esa ocasión acusó al candidato republicano a la reelección de ser "un estúpido fraude".
La reacción airada de Alan Gross hay que contextualizarla en el marco de una publicación en la revista The Atlantic, en la que testigos anónimos aseguran que Donald Trump se ha referido a los veteranos de guerra como "perdedores" y "fracasados". El presidente y sus seguidores lo han negado, pero los editores se mantienen en sus trece y no han retirado el artículo ni lo han desmentido.
Trump considera que esa revelación de The Atlantic busca influir en la campaña electoral en marcha para los comicios del próximo mes de noviembre.
Allan Gross admitió en declaraciones a CiberCuba que sentía más que ira hacia Donald Trump, a quien considera un hombre peligroso, capaz de causar estragos en Estados Unidos y el mundo entero.
No es la primera vez que el hombre que fue detenido en el aeropuerto de La Habana el 4 de diciembre de 2009 y encarcelado en Villa Marista polemiza con un político de su país. En marzo de este 2020, el demócrata Bernie Sanders negó haberle confesado a Alan Gross, en una visita que le hizo cuando estaba preso en Cuba, que no entendía a qué andaba mal en la Isla.
En declaraciones a Fox News, Sanders negó la mayor, a la vez que confirmaba que sí había ido a ver a Alan Gross a prisión y que allí pudo comprobar las terribles condiciones en las que vivía el contratista estadounidense, canjeado en 2010 por espías cubanos, en el marco del deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Gross reveló esa supuesta conversación con Sanders en una intervención en National Public Radio (NPR), en la que afirmó que no quería ver a alguien como el senador de Vermont, con esas ideas, en la Casa Blanca.
Un mes más tarde, en abril de este 2020, Bernie Sanders abandonó la carrera a la Casa Blanca y allanó el camino a Joe Biden, que finalmente fue elegido candidato por el Partido Demócrata.
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