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El poeta cubano Fernando Infante Silva, de 56 años, murió por infarto cardíaco en su domicilio de Madrid, reveló la autopsia practicada a su cuerpo en el Instituto Anatómico Forense, dijeron a CiberCuba amigos del fallecido.
Infante Silva, que padecía de descompensaciones en su tensión arterial, fue encontrado muerto al filo de las 13:00 horas de España (07:00 hrs. en Cuba) en su piso alquilado en la capital, este domingo.
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El escritor era originario de la provincia de Las Tunas, hijo del Teniente Coronel también fallecido Miguel Infante, que desempeñó diferentes cargos en el Ejército Oriental de Cuba, con quien mantuvo discrepancias políticas y nunca más pudieron verse.
Infante Silva residía desde hace más de dos décadas en España, donde trabajó como portero de un edificio hasta este sábado y realizó una obra poética que ha quedado inédita.
El periodista y escritor español Antonio Piedra, director de la Fundación Jorge Guillén y amigo por muchos años de Fernando Infante Silva, envió a CiberCuba la siguiente nota:
"Inesperadamente, ha muerto Fernando Infante Silva, cubano del exilio, luchador infatigable por la libertad, poeta de intimidades excluyentes, español en espera de nacionalidad, y un amigo de esos que no juraba ni prometía. O sea, un amigo cabal sin más dobleces.
"Imposible olvidar a una persona tan independiente, tan ajustada a un sentido humanista y democrático de la vida, y tan cargada a la vez de un afecto que parecía el rompiente de una ola. Imposible. Ay, Fernando, por todo esto y más, tus amigos hoy nos preguntamos: ¿cómo ha podido ocurrir esta pena sin retorno?".
Llegue a sus familiares en Cuba y amigos de Fernando Infante Silva en España y Estados Unidos nuestras condolencias y afecto.
Para conmemorar a otro cubano que muere lejos de la patria, quizás uno de sus poemas sea el mejor epitafio posible:
NOSTALGIA A MI TIERRA
Espero algún día volver allí de nuevo
y que me acaricies con tu olor a mar,
pararme en la esquina de aquel parque viejo,
sentirme de nuevo que estoy en mi hogar.
Te llevo en mis sueños sin saber despertar
te siento tan dentro y te tengo tan lejos,
que nuestra distancia, no es tan solo el mar.
Se levantan barreras de extrañas ideas,
consignas escritas que invocan al mal,
la gente se asfixian con su olor a azufre,
escapando a la vida o tal vez a la muerte,
surcando caminos por sobre la mar.
Buscando ese oxígeno que nos da la vida,
buscando esos aires de libertad,
Y se van el cuerpo y la mente por esos caminos
donde respirar, pero el alma no se va contigo
se queda atrapada en tu tierra natal
donde fluye la esencia de siempre ser hijo,
donde la nostalgia te hace gritar.
Y descubres las sombras y sientes el castigo
de esa ideología que causa tu mal -como te extraño mi tierra-
cuando miro hacia el mar, quisiera ser gaviota y volar y llegar hasta allá
donde te encuentras muriendo.
Espero algún día volver a ti de nuevo
y acariciarnos con aires de libertad
romper la nostalgia de tenerte lejos
de sentirme en casa, de poder regresar.
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