Fallece en Miami Antonio Veciana, el exiliado cubano que fraguó cuatro atentados contra Fidel Castro

Uno de los relatos más controversiales de su vida está vinculado al episodio en que vio a Lee Harvey Oswald en Dallas, poco antes del asesinato de Kennedy.

El exiliado cubano Antonio Veciana (1928-2020) © Captura de video/CiberCuba
El exiliado cubano Antonio Veciana (1928-2020) Foto © Captura de video/CiberCuba

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Este artículo es de hace 4 años

El exiliado cubano Antonio Carlos Veciana Blanch, el hombre que organizó cuatro atentados fallidos contra Fidel Castro, falleció este jueves en Miami a los 91 años, según confirmaron fuentes familiares.

Veciana padecía de demencia y estaba internado en un hospicio desde que su estado de salud se agravó hace varios meses.


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Con su muerte desaparece una de las leyendas del enfrentamiento armado con el régimen cubano y una de las personalidades que con más honestidad criticó las estrategias erráticas del exilio para derrocar a Castro.

Reclutado por la CIA en 1960, fundador del grupo paramilitar Alpha 66 junto a Eloy Gutiérrez Menoyo, testimoniante privilegiado de los sucesos que rodearon el asesinato de John F. Kennedy, al final de sus días se lamentaba de haber dado prioridad a las batallas políticas por encima de su familia.

Nacido en 1928 en La Habana, Veciana superó sus orígenes humildes y se graduó de Contabilidad en la Universidad de La Habana. Entró a trabajar con 25 años en el Banco Nacional de Cuba y llegaría a presidir la Asociación Nacional de Contadores Públicos. Para 1958 era contralor del Rey del Azúcar, Julio Lobo, en su Banco Financiero y se había involucrado de lleno en conspirar contra la dictadura de Fulgencio Batista.

Pero no tardó tiempo en que sus acciones conspirativas se volcaran contra Fidel Castro, a quien había conocido personalmente cuando ambos coincidieron en los predios universitarios.

Sería jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), liderado por Manolo Ray, ex ministro de Obras Públicas. A la jefatura de Veciana se atribuyen una serie de sabotajes con petacas explosivas, suministradas por la CIA, que llegaron al clímax el 13 de abril de 1961 con la quema de la megatienda habanera El Encanto.

Veciana reconoció su participación como organizador de tres atentados contra Castro, planeados por su reclutador en la CIA, David Atlee Phillips, alias Maurice Bishop: Con bazuca en la tribuna del Palacio Presidencial de La Habana (1961), con revólver escondido en cámara de televisión durante la visita del líder cubano a Santiago de Chile (1971) y con rifle de largo alcance en Quito, Ecuador, (1971), así como en otro de su propia factura en Nueva York, en 1979, usando explosivo C-4 en una pelota de softbol.

Al malograrse el primer atentado contra Castro, Veciana se marchó de Cuba en bote con su suegra, quien había alquilado el apartamento donde iba a emplazarse la bazuca, en el octavo piso del edificio de Avenida de las Misiones marcado con el número 29. Llegaron a Cayo Hueso el 7 de octubre de 1961.

Además de los $100 dólares mensuales como asistencia a refugiado en Estados Unidos, Veciana consiguió expediente de personalidad con el nombre en clave AMSHALE-1 y aprobación operativa provisional de la CIA.

Para febrero de 1962 plantaba en Puerto Rico la semilla que germinó como Alpha 66, que realizó numerosas incursiones y sabotajes en la isla.

En la primavera de 1968 fue emplantillado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) como consultor del Banco Central de Bolivia, aunque en realidad seguía trabajando para Phillips. Veciana llegó a La Paz seis meses después de la muerte del Che Guevara con la encomienda de tratar de recuperar el diario del guerrillero argentino, pero sus esfuerzos fueron infructuoso y el material terminó en manos del gobierno cubano, que lo uso como un estandarte de propaganda para deificar su imagen.

Tras prestar servicios a Phillips en la misión de derrocar a Salvador Allende en Chile, regresó a Estados Unidos a mediados de 1972 y para el verano siguiente sería acusado por transportar siete kilogramos de cocaína y condenado a siete años de cárcel, aunque solo cumplió 27 meses de la sentencia. Veciana siempre sostuvo su inocencia y atribuyó la acusación a una venganza de su supervisor de la CIA.

Uno de los relatos más controversiales de su vida está vinculado al episodio en que Veciana encontró a Philips con Lee Harvey Oswald en Dallas, poco antes del asesinato de JFK. Durante las investigaciones refirió que solo vio brevemente a un hombre joven que se marchó sin decir nada y al cabo resultó ser el Oswald de las noticias.

En su biografía Trained to Kill (2017), escrita a cuatro manos con el periodista Carlos Harrinson, Veciana precisó que, antes del asesinato, Phillips estuvo preguntándole cómo conseguir una visa en el consulado cubano de Ciudad México, a sabiendas de que su prima Hilda Veciana trabajaba allí por ser la esposa del consejero comercial Guillermo Ruiz.

Después del crimen, según Veciana, Phillips vino con el encargo de reclutar a Ruiz para que, a cambio de una buena suma, desertara y declarara públicamente que agentes de Castro habían dado a Oswald instrucciones detalladas para matar a JFK.

En marzo de 1976, Veciana fue entrevistado por Gaeton Fonzi, quien como investigador del Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre Asesinatos (HSCA) andaba tras las pistas de los autores del atentado al presidente Kennedy.

El 21 de septiembre de 1979, Fonzi entregó al HSCA el informe que, sobre la base de las entrevistas con Veciana, estrechaba el cerco en torno a Phillips y que contradecía las conclusiones de la Comisión Warren, de 1964.

Por casualidad, ese mismo día Veciana fue baleado en su auto en el noroeste de Miami. Un fragmento de la bala que dio en el espejo retrovisor se alojó en su cabeza a la altura de la oreja izquierda, pero logró salvarse. Siempre pensó que fue un ajuste de cuentas de Phillips por haberse negado a eliminar al hombre que no se decidió a disparar la pistola en el atentado preparado a Castro en Chile.

Veciana repitió en varias ocasiones que la muerte de Kennedy fue un golpe calibrado por la CIA y ordenado por oficiales militares y agentes de inteligencia en las altas esferas del poder.

Las pruebas de la conexión Philips-Veciana-Oswald pudieran estar ocultas entre los mil 100 documentos sobre el asesinato que la CIA mantiene sin desclasificar, incluidos cuatro expedientes sobre operaciones de Phillips y una hoja de registros y trámites de Veciana.

Aplastado por sus 91 años y los problemas de movilidad, su nombre estuvo recientemente en las noticias locales por las dificultades para trasladarlo de un hogar de ancianos hacia otro en medio de la crisis del coronavirus.

Lo sobreviven su hija Ana Veciana-Suárez, periodista y escritora, y varios nietos. Debido a la situación del coronavirus, no se realizarán funerales. La familia planea realizar una misa de homenaje en una fecha próxima.

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Arnaldo M. Fernández

Abogado y periodista cubano. Miembro del grupo Cuba Demanda en Miami.


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