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A pesar de que muchos opinan que el cine cubano se ha entregado sin medida a la épica y a las temáticas sociales y políticas, también resaltan grandes historias de amor, como la quincena que seleccionamos aquí, en orden cronológico, a propósito del Día de los enamorados:
1. Lucía (1968): Eslinda Núñez y Ramón Brito representan apasionadamente, en el segundo cuento del filme, el romance entre una joven pequeño burguesa y un luchador contra la tiranía de Machado. Es memorable la escena en que se dicen versos de José Martí finamente eróticos.
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2. De cierta manera (1974): Mario Balmaseda y Yolanda Cuéllar son las dos partes del romance entre un obrero del barrio de Miraflores y la maestra de esa comunidad. Ambos deben enfrentar el conflicto entre las nuevas actitudes respecto a la pareja y las ideas asentadas por el machismo marginal.
3. Hasta cierto punto (1983): Oscar Álvarez y Mirtha Ibarra interpretan, respectivamente, al guionista que va al puerto para escribir una historia sobre el machismo, y allí se enamora, hasta cierto punto, de una bella y aguerrida obrera.
4. Amada (1983): Eslinda Núñez y César Évora le confieren la imprescindible pasión a la pareja de infortunados amantes que formaron, por un lado, una mujer pequeño burguesa, conservadora y casada, y por el otro lado, su primo, inconforme, romántico y seductor.
5. Los pájaros tirándole a la escopeta (1984): Beatriz Valdés y Alberto Pujol son dos jóvenes enamorados que se oponen a la relación, hermosa y romántica, que surge entre el padre de la novia y la madre del novio, divinamente interpretados por Reynaldo Miravalles y Consuelo Vidal.
6. Una novia para David (1985): María Isabel Díaz y Jorge Luis Álvarez representaron, muy cerca de la perfección, la ingenuidad, los prejuicios y el candor de dos jóvenes enamorados, allá por los años sesenta.
7. Clandestinos (1988): Isabel Santos y Luis Alberto García son activos luchadores contra la tiranía batistiana, y en medio de las manifestaciones y los atentados surge la atracción entre Nereida y Ernesto, dos personajes de ficción inspirados en gente de carne y hueso.
8. La bella del Alhambra (1989): Beatriz Valdés y Jorge Martínez forman una de las parejas más bellas, inocentes y sensuales del cine cubano, en la primera parte de la película, cuando el primer novio de Rachel se suicida ante la imposibilidad de vivir con ella.
9. Amor vertical (1997): Silvia Águila y Jorge Perugorría son la pareja que buscan un lugar donde tener sexo, y de esa búsqueda, y otros muchos obstáculos, surge un amor profano y sagrado al mismo tiempo.
10. Nada (2001): Thais Valdés y Nassiry Lugo encarnan el triunfo del amor por encima del reto que plantea la emigración, con la distancia y el olvido. Se trata de la atracción que surge entre una muchacha empleada de un correo y el cartero.
11. Tres veces dos: Olivia Manrufo y Caleb Casas son los protagonistas de la segunda historia (llamada “Lila” y dirigida por Lester Hamlet), aquella en la cual se cuenta el amor de una muchacha de pueblo, que en 1958 se escapa de su casa para ir detrás de su novio, alzado en las lomas. Cuarenta años después todavía recuerda las heridas.
12. Los dioses rotos (2008): Carlos Ever Fonseca y Annia Bu interpretan a dos jóvenes cuyo destino está marcado por el delito, la prostitución y la marginalidad. La relación estalla a fuerza de sensualidad incontenible.
13. El cuerno de la abundancia (2008): Jorge Perugorría y Annia Bu le dan vida a Bernardito y su esposa, que intentan resguardar su hermosa relación y sobrevivir al terremoto que implica reclamar una supuesta herencia desde un pequeño pueblo rural en Cuba.
14. Vestido de novia (2014): Luis Alberto García y Laura de la Uz interpretan a la pareja asediada por la intolerancia y los prejuicios. Ellos son capaces de vencer cualquier obstáculo.
15. El techo (2016): Enmanuel Galbán y Andrea Doimeadiós son adolescentes que se reúnen en la azotea para contarse historias y sueños, a tratar de que el tiempo pase sin notarlo. En medio de su aburrimiento, descubrirán una atracción que les permitirá comprender que puede lograrse cierto tipo de felicidad, a pesar de lo difíciles que sean las circunstancias.
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